ADMINISTRACIÓN DE LA POBREZA

Ha pasado desapercibido entre el cúmulo de cuestionamientos a la pasada elección en el Estado de México, el uso de recursos destinados a la seguridad social con fines electorales.
Esto quiere decir que despensas, dinero y todo tipo de apoyos a la población vulnerable pudieron haber sido utilizados para condicionar el voto.
La realidad es que esta se ha convertido en una práctica común, según generalmente denuncian quienes pierden las elecciones. No importa qué partido gobierne, sucede lo mismo. Es un vicio de nuestro perverso sistema político, que ha hecho de la seguridad social una reserva electoral para beneficio del gobernante en turno en cada región.
Esto significa a final de cuentas administrar la pobreza, en perjuicio de ese sector de la población que vive en estado vulnerable, sobreviviendo y siendo manipulado a partir de sus necesidades básicas.

Para dimensionar el tamaño del segmento social que puede ser manipulado a través de sus necesidades básicas de sobrevivencia podemos tomar las estadísticas oficiales de población.
De las seis clases sociales que componen la sociedad mexicana, las dos donde se ubica la población vulnerable, que vive con grandes limitaciones económicas suma el 60% de la población total.
La clase baja/baja, alcanza la cifra de 35% de toda la población. La componen trabajadores temporales e inmigrantes, comerciantes informales, desempleados y gente que vive de la asistencia social.
Si a ello añadimos la clase baja/alta, conformada por el 25% de la población total. Estas personas son obreros y campesinos con un ingreso que no supera un poco más del salario mínimo general, que en el 2016 se fijó en $73.04 pesos diarios, que representa $2,191.20 mensuales, el cual no es suficiente para que sobreviva una familia. Seguramente esta es una población sensible a las ofertas de compra del voto que acostumbran hacer los partidos políticos.
Ambos segmentos de población suman el 60% de todos los mexicanos.
Cuando alguien vive en estas condiciones, no puede pensar en democracia, futuro del país ni nada parecido. Piensan en el presente y en obtener algo más de dinero para sobrevivir, del modo que sea.
Por tanto, los apoyos de SEDESOL les ponen en posición vulnerable para ser manipulados por funcionarios públicos.
Por tanto, los programas de asistencia social, deben reorientarse hacia el objetivo fundamental que es sacar a la población vulnerable de la pobreza. Por tanto, deben convertirse en un programa que ofrezca a quienes están en edad productiva oportunidades de verdad. Deben operar como una beca, combinando las aportaciones económicas con un programa de capacitación y bolsa de trabajo y no como un simple regalo que mitiga pero no resuelve.
Por tanto, mantener a ese gran segmento de población en la pobreza es una irresponsabilidad.
Debe haber una gran supervisión ciudadana sobre el uso y destino de los programas de asistencia social y convertir en delito la manipulación de esos recursos, .
Los programas de asistencia social deben ser reglamentados y supervisados al detalle pues son fundamentales para combatir la pobreza y además fortalecer la democracia.
¿Usted como lo ve?
@homsricardo
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