AMLO Y NAPOLEÓN… LA PARADOJA

¿Qué significa la candidatura plurinominal al Senado que “ya sabes quien” otorgó a Napoleón Gómez Urrutia?. Simplemente impunidad, pues el cargo de senador le garantiza fuero en contra de cualquier intento de las autoridades.
Importante recordar que en 2004 se le entregó al sindicato que preside Napoleón, 55 millones de dólares, equivalentes al cambio de hoy a mil millones de pesos, que debían ser repartidos entre los trabajadores de esa central obrera por la compra que la compañía minera Grupo México hizo al gobierno de los yacimientos de Cananea y Mexicana del Cobre.
Al no recibir el dinero, fue en 2006 que 2,800 mineros demandaron a su líder por haber desaparecido lo que era para ellos. Las autoridades iniciaron un proceso judicial en su contra. También se le responsabiliza por no haber protegido a los trabajadores de la mina Pasta de Conchos al haber firmado un acuerdo con la empresa y el gobierno para que esa mina continuara operando aunque ya se sabía que no reunía los requisitos de seguridad, pues había evidencia de los peligros que ésta representaba.




Por todo esto, huyendo de responsabilidades, huyó a Canadá, donde hasta hoy vive, poco después del accidente en el que muchos mineros perdieron la vida.
Es cierto que sus abogados lograron que un juzgado federal declarase improcedente la orden de aprehensión, pero es un hecho que nunca entregó ni justificó el destino de los 55 millones de dólares, desaparecidos desde hace casi catorce años y presumiblemente ubicados en sus cuentas personales.
Aquí lo inaceptable es que quien se presenta como el defensor de los pobres de este país, se haya puesto de parte de Napoleón y no de los 2,800 trabajadores mineros que lo demandaron por quedarse con el dinero que le fue entregado para ellos.
Además, al encubrirlo ofreciéndole impunidad a través del fuero que brinda un escaño en el Senado, se convierte en su cómplice.
Aquí estamos ante un problema de doble moral que enfrenta “ya sabes quien”.
Si quienes infringen la ley, o abusan de los desprotegidos son sus amigos o aliados, de inmediato se purifican y se limpian de todos sus pecados. Parece ser un mesías que cree tener el don de perdonar los pecados y los delitos
Peor aún es que haya oportunistas que antes fueron sus acérrimos enemigos, pero que después de estar en la “banca” de la política, o sea sin tener opción de entrar al juego, se le acerquen, confiesen su arrepentimiento por haberlo juzgado como un “peligro para México” y como un cuadro bíblico descubre que él es su pastor.
¿Y los valores y las convicciones políticas que antes se defendieron, dónde quedaron?. Por supuesto que hablamos de los dos expresidentes del PAN, Manuel Espino y Germán Martínez Cázares, ahora convencidos lopezobradoristas, a quien en su momento como presidentes del partido en el que se formaron como políticos, criticaron implacablemente.
Sin embargo, cuando está la oportunidad de volver a la política en roles estelares, los argumentos para justificar su nueva filiación sobran. Cada quien ve lo que quiere ver y lo que le conviene creer; es parte de la naturaleza humana.
Estamos viendo un juego macabro de conveniencias, donde los valores cívicos son inexistentes y el compromiso con el país pasa a segundo plano.
Sin embargo, el caso Napoleón Gómez Urrutia retrata a Andrés Manuel de cuerpo completo: con tal de ganar la presidencia es capaz de venderle su alma al diablo, aunque esto signifique renegar de aquellos valores que antes defendió.
¿Usted cómo lo ve?
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