¿AUTARQUÍA ALIMENTARIA?

PESOS Y CONTRAPESOS
El nacionalismo económico, que es mucho más nacionalismo que económico, sigue presente. De hecho el nacionalismo económico es antieconómico, sobre todo si por ello entendemos un arreglo institucional, y las conductas que el mismo genera, que en vez de elevar el bienestar de la gente lo reduce. Y eso, reducir el bienestar de la gente, es lo que hace el nacionalismo económico.
El nacionalismo económico, llevado hasta sus últimas consecuencias, da como resultado la autarquía nacional, siendo ésta la situación de autosuficiencia en lo que a la satisfacción de las necesidades se refiere, que tendría sentido si, y solamente si, en el país se pudieran ofrecer todos los bienes y servicios que la población demanda a menor precio que en cualquier otro país. De cumplirse esta condición no se importaría nada y todo el consumo sería de producción nacional, que es precisamente uno de los objetivos del nacionalismo económico: que se consuma solamente lo producido en el país.
El nacionalismo económico es defendido, sobre todo, en lo que a los alimentos se refiere, y se identifica con la soberanía alimentaria, que propone López Obrador. Lo ha dicho varias veces: de ganar la Presidencia dejaremos de importar alimentos para consumir solamente los que producimos. ¿Cuál es el objetivo? La autarquía alimentaria.




Para aumentar el bienestar de la población, qué es lo eficaz: ¿consumir lo producido en México, independientemente del precio al que se ofrezca, u ofrecer al menor precio posible, independientemente de dónde se produzca? Lo primero es nacionalismo económico: lo que importa es consumir lo producido en el país, independientemente del precio al que se ofrezca. Lo segundo es economía: lo que importa es comprar al menor precio posible, independientemente de dónde se produce, condición que debe cumplirse para reducir la escasez y aumente el bienestar.
La autarquía alimentaria puede lograrse de dos maneras. La correcta: que en el país se produzcan todos los alimentos a un costo tal que puedan ofrecerse a menor precio que los alimentos importados, razón por la cual no se importarían. La incorrecta: que el gobierno prohíba la importación de alimentos, obligando a los consumidores nacionales a comprar los producidos en el país, lo cual resulta antieconómico porque se obliga a la población a pagar un precio mayor del que pagaría si el gobierno permitiera las importaciones.
Si lo que se busca es beneficiar a los consumidores el camino es el del libre comercio. Por el contrario, si lo que se pretende es beneficiar a los productores nacionales el camino es el del proteccionismo, el del nacionalismo económico que, llevado hasta sus últimas consecuencias, daría como resultado la autarquía. ¿A quién se debe beneficiar? A los consumidores, que somos todos, consumo que es la actividad económica terminal, a la cual debe “subordinarse” la producción, no al revés.
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