Bien por Carstens, pero peligra Banxico

Guillermo Barba
Guillermo Barba

En este espacio hemos criticado al gobernador del Banco de México (Banxico), Agustín Carstens, cuando hemos considerado que ha cometido errores. Sin embargo, también hemos reconocido sus aciertos –que no han sido menores ni pocos-, como: la histórica compra masiva de reservas de oro en 2011 y 2012; la ‘localización’ de sus lingotes en el Banco de Inglaterra –aunque siga pendiente repatriarlos a México-; el inicio del ciclo alcista de la tasa de interés objetivo y sus ‘jalones de orejas’ a la secretaría de Hacienda por la mala conducción de las finanzas públicas del país.
Ayer poco después de las 9:00 hrs. sacudió la noticia de que había presentado su renuncia al presidente Enrique Peña Nieto, para convertirse en Gerente General del Banco de Pagos Internacionales (BIS, por sus siglas en inglés).
Aunque la misma será efectiva a partir del 1 de julio de 2017 –y que asumirá su nuevo cargo hasta el 1 de octubre de ese año-, los efectos han sido inmediatos, de entrada, en el tipo de cambio peso-dólar, que pasó en el mercado interbancario de 20.47 en la madrugada, hasta 20.87 pesos minutos después de la revelación que se hizo primero en el noticiero radiofónico de Ciro Gómez Leyva.
¿Por qué se presionó el precio del dólar? Para los inversionistas la salida de Carstens no es de entrada una buena noticia para México, que sin duda pierde un funcionario muy competente en momentos económicos muy complicados.
No será fácil encontrar a un buen sustituto de alto nivel al frente del Instituto Central, pero el perfil debería ser el de un ‘halcón’, decidido a combatir las fuertes presiones inflacionarias que ya se están haciendo sentir en el país, y que irán empeorando.
Dicho sea de paso, esto debería descartar de plano cualquier posibilidad de designación de Luis Videgaray, principal responsable del desenfrenado derroche del gasto y de la explosión de la deuda pública en este sexenio.
Hay quien opina que Carstens abandona el barco ante la tormenta que se avecina –en especial con la llegada de Trump a la Casa Blanca-, pero lo cierto es que no tendría por qué haber rechazado su designación en el BIS, que representa la culminación de su prominente carrera profesional.
Estoy seguro de que esa decisión no fue fácil, y que es muy positivo que un mexicano ocupe una posición tan importante. Bien por él.
La mala nueva es que la autonomía de Banxico está realmente amenazada.
Colegas analistas ya han destacado que la uniformidad de las formaciones, trayectorias y criterios de los miembros de la Junta de Gobierno del banco central no puede ser buena, y estamos de acuerdo.
Si a lo anterior le sumamos la salida de Carstens, existe el riesgo real de que la autonomía pase de facto a ser poco más que letra muerta. Se necesita un personaje fuerte, que resista los intentos de Hacienda por influir en la Junta de Banxico, pero no se ve que alguien así  pueda llegar, no por nada el nerviosismo de los inversionistas.
Según la Ley del Banxico, “En caso de vacante en el puesto de Gobernador, el Ejecutivo Federal podrá nombrar para ocupar tal cargo a un Subgobernador en funciones, o bien, designar a un nuevo miembro de la Junta de Gobierno y, ya integrada ésta, nombrar de entre sus cinco miembros al Gobernador.”
Podemos estar seguros de que quien sea designado será un incondicional de la presidencia de cara al cierre de la administración.
Mala señal en un clima económico global adverso, y en el que en lo local el gobierno sigue empecinado en seguir cavando cada vez más profundo.
No se pierda de vista que ayer mismo, se anunció que para 2017 se disparará el salario mínimo en 9.58 por ciento, cediendo así a las presiones del populismo.
Felicitaciones pues para el Dr. Carstens, le deseamos lo mejor, aunque su partida llegará en un momento en el que, aunque lo niegue, el presidente parece decidido a seguir hundiendo a México.
E-mail: inteligenciafinancieraglobal@gmail.com
@memobarba