CINCO COMPROMISOS

PESOS Y CONTRAPESOS

El proceso electoral genera inquietud entre los agentes económicos, comenzando por los empresarios, de quienes dependen las inversiones difractes, que producen bienes y servicios crean empleos y generan ingresos, porque México es un país mal institucionalizado, y la consecuencia de ello es que con el cambio de gobierno pueden cambiar, no solo los jugadores, sino el juego.
En materia económica, a partir del 1 de diciembre próximo, ¿seguiremos jugando el mismo juego a comenzará otro distinto? Y de comenzar uno diferente, ¿será más eficaz que el actual para avanzar por el camino del progreso económico, definido como la capacidad para producir más y mejores bienes y servicios, para un mayor número de gente, siendo que en este último punto tenemos enormes pendientes? Hoy, a ciencia cierta, no sabemos las respuestas a estas preguntas, aunque algo podemos entrever por lo dicho por los candidatos.
Dada esta incertidumbre resulta conveniente que los candidatos se comprometan a lo siguiente:
1) Respetar la autonomía del Banco de México, de tal manera que el Poder Ejecutivo Federal no pueda obligar al banco central a producir dinero y dárselo para que lo gaste, lo cual genera inflación, la pérdida en el poder adquisitivo de nuestro dinero, el “impuesto” más regresivo que hay.
2) Mantener la libre flotación del tipo de cambio peso – dólar para evitar la acumulación de cualquier tipo de presión, revaluatoria o devaluatoria, sobre el tipo de cambio, acumulación de presiones que, sobre todo cuando son devaluatorias, originan las crisis cambiaras.
3) No manipular ningún precio, ni imponiendo máximos, por debajo de los precios de mercado, ni mínimos, por arriba, lo cual genera, escasez en el caso de los primeros, y sobreoferta en el caso de los segundos, distorsiones que, de no eliminarse su causa (la manipulación de precios), dan como resultado más intervenciones del gobierno en la economía (por ejemplo: racionar en el caso de la escasez, comprar en el caso de la sobreoferta).
4) Mantener la apertura comercial, la entrada de productos importados al país, independientemente de lo que hagan los gobiernos de otras naciones. Si otros gobiernos condicionan, limitan o prohíben la importación de productos mexicanos a sus mercados lo peor que puede hacer el gobierno mexicano es responder a la manera “ojo por ojo, diente por diente”, arancel por arancel, protección por protección.
5) Preservar el superávit primario en las finanzas gubernamentales, que es el que se obtiene antes de incluir el servicio de la deuda, de tal manera que, si hay superávit primario, el gobierno cuenta con los recursos para cumplir sus obligaciones crediticias sin necesidad de pedir prestado para pagar lo debido (destapar un hoyo para tapar un hoyo).
Estos cinco compromisos es lo mínimo que debemos exigirle a los candidatos. ¿Cuántos los firmarían?
E-mail: arturodamm@prodigy.net.mx
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