CLÁUSULA DE EXTINCIÓN

PESOS Y CONTRAPESOS
l secretario de comercio estadounidense, Wilbur Ross, declaró que su gobierno propondrá, en el marco de la renegociación del TLC, una cláusula para revisar cada cinco años el Tratado, a la que llamó, no clausula de revisión, sino cláusula de extinción, lo cual muestra, uno, lo mucho que falta para que entre los tres países haya verdadero libre comercio y, dos, la desconfianza que el actual gobierno estadounidense tiene en torno al libre comercio.

El libre comercio consiste en el arreglo institucional, sobre todo normas jurídicas, que permite que sean los consumidores, comprando o dejando de comprar, quienes determinen la composición (el qué) y el monto (el cuánto) de las importaciones, sin ninguna intervención de parte del gobierno en lo que respecta a esas dos variables, el qué y el cómo, de tal manera que se importa lo que los consumidores nacionales están dispuestos a comprar, y en las cantidades que están dispuestos a comprar, lo cual, entre otras cosas, respeta la libertad de dichos consumidores para comprar lo que les dé la gana (nacional o importado), a quien les dé la gana (nacional o extranjero), en donde les dé la gana (en el país o en el extranjero), sin olvidar la competencia que los productos importados le genera a los productores nacionales, obligándolos a volverse más competitivos, capaces de ofrecer a menor precio, con mayor calidad y con mejor servicio.
Un tratado de verdadero libre comercio incluye, no tomos de acuerdos entre las partes, como es el caso del TLC, sino unos cuantos renglones, redactados en estos términos: “A partir de tal fecha, las partes se comprometen a eliminar cualquier tipo de barrera al intercambio comercial entre los habitantes de los países involucrados”. Una vez alcanzado el verdadero libre comercio no habría nada más que renegociar, al menos que se quisiera volver, en mayor o menor medida, al proteccionismo, que es la intención detrás de la mentada cláusula de extinción. Extinción, ¿de qué? Del libre comercio. Para volver, ¿a qué? Al proteccionismo.
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