Desvergüenza de un gobierno que debió irse.

Ayer en México ocurrió una de esas desgracias que no deberían pasar, pero que se repiten: el socavón en el recién estrenado ‘Paso Exprés’ de Cuernavaca, Morelos.
Es indignante que el máximo responsable de la realización de la obra –quien, incansable, la presumió una y otra vez en su inauguración, en abril pasado–, el secretario de Comunicaciones y Transportes, Gerardo Ruiz Esparza, no sólo se mantenga en el cargo, sino que hasta haya caído en la desfachatez de decir, el miércoles en entrevista con José Cárdenas: “yo no lo construí”.

El sentido de responsabilidad está por completo ausente.
No era de esperar menos, dado que su jefe, el presidente Enrique Peña Nieto, también debió dejar el cargo cuando estalló el escándalo de la llamada ‘Casa Blanca’, y al final resultó autoexonerado por un subalterno. La desvergüenza y la complicidad van siempre de la mano.
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