El peso y sus efímeras recuperaciones

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Esta semana, el peso se ha fortalecido ligeramente frente al dólar, lo que permitió que el tipo de cambio en ventanilla volviera por debajo de los 20 pesos. En el mercado interbancario cayó hasta los 19.50 este jueves.
La circunstancia externa que ha propiciado este descenso internacional del dólar fue primero un acuerdo temporal entre EU y China, que alivió, en parte, los temores de una abierta guerra comercial entre ambos países.
Como recordará, lo que más le molesta a Trump es que EU tenga déficits comerciales –es decir, que importe más de lo que exporta–, por su creencia errónea de que este desbalance implica una pérdida para su país. Por eso la Casa Blanca anunció en marzo pasado la imposición de aranceles a las importaciones de productos hechos en China, por 60,000 millones de dólares, con la intención de reducir su déficit comercial con la nación asiática.
Estas medidas fueron contestadas por Beijing con represalias similares a productos estadounidenses. Eso es lo que se conoce como guerra comercial: un juego de ‘perder-perder’ entre gobiernos, que deja en medio como principales afectados a los consumidores de los dos países, tanto personas como empresas.
Por eso es una excelente noticia esta distensión entre los gigantes, si bien Trump –fiel a su estilo– un día avanza para el siguiente arrepentirse y echarse para atrás.
Lo que es un hecho es que el gobierno chino anunció ya que recortará de forma gradual entre un 15% y un 25% los aranceles a la importación de automóviles y componentes para vehículos fabricados en otros países, a partir del 1 de julio, con lo que el presidente Xi Jinping está honrando su palabra de abrir cada vez más a China al exterior en este sector.




Otras mercancías se sumarán a esta rebaja de aranceles en el futuro próximo.
El gigante asiático es la segunda economía más grande del mundo, y el mercado emergente más importante.
Es por eso que otros países en desarrollo y sus monedas, como México y el peso, reaccionan ante este tipo de noticias, que llegan en buen momento, pues por otros factores como el nerviosismo por la renegociación del TLCAN, que no terminan de cuajar, y las elecciones presidenciales del 1 de julio, nuestro peso se ve debilitado.
La conclusión es más que contundente: el libre comercio fortalece las economías, favorece la creación de empleos y eleva el bienestar de la población. No hay una sola economía que, cerrándose, su población haya mejorado sus condiciones de vida.
Un mensaje claro para todos los candidatos presidenciales: las arcaicas ideas de limitar las importaciones, en la era en que cada vez estamos más conectados por el comercio electrónico, no deben prevalecer. Más apertura y competencia económicas es lo que necesitamos en beneficio de los consumidores.
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