En medio de la impunidad

Oscar-Hernandez
Óscar Hernández

No es un altar común. En el rincón de la improvisada mesa, una veladora alumbra la fotografía de Gerzon, con su amplia sonrisa y ondulado cabello.
A 30 centímetros de distancia, junto al balón de futbol y algunos rosarios, la imagen de Alan; porta una playera del equipo Veracruz… la placa fue tomada justo en un lance.
Arriba, colgada de una repisa, el retrato de Miguel.
Gerzon está secuestrado. Alan y Miguel muertos.
Quien nos comparte la historia es Marisela Orozco, madre de los dos primeros; Miguel era su yerno.
“Estamos muertos en vida… muertos en vida porque ellos eran todo”, dice una mujer que lleva años en búsqueda de su hijo mayor.
Veracruz… tierra del delito
El 15 de marzo de 2014 en Medellín de los Bravo, Gerzon, de 19 años, salió de su casa para ir a la tienda; no volvió.
Luego de horas de buscarlo en la colonia, su familia recibió una llamada: “le llamaron a mi hija, que habían secuestrado a su hermano y que querían dinero; que no avisáramos a las autoridades porque lo iban a matar”, recuerda Marisela.
Quienes privaron de la libertad a Gerzon, exigieron 80 mil pesos de rescate. Al mismo tiempo, Miguel daba parte a las autoridades, quienes, relata, le dijeron que no hicieran caso; que se trataba de un secuestro virtual.
La familia reunió el dinero. La hija de Marisela acudió al lugar pactado con los plagiarios. Hombres encapuchados recibieron el monto económico; señalaron el punto donde liberarían a Gerzón. Tampoco ocurrió.
Las complicaciones
Ante la ineficacia de la autoridad, Alan, hermano menor de Gerzon y Miguel, su cuñado, decidieron actuar. Tenían noticias sobre su posible paradero; un vecino aseguró haberlo visto en una vivienda en los límites de la colonia.
Abordaron un vehículo, Alan conducía; llegaron al domicilio señalado. Apenas lo hicieron cuando varios sujetos salieron del inmueble para agredirlos verbalmente. Mientras discutían, dos automóviles llegaron al lugar; en estos viajaban hombres armados sin intención alguna de mediar palabra: “se bajan de los dos carros, y los acribillan… acribillan a mi hijo Alan de 15 años”
Marisela interrumpe el relato. Abraza la fotografía de Alan, quien cursaba la preparatoria, amaba el futbol y jugaba en las fuerzas básicas del Veracruz, donde se consolidaba como guardameta. “A Alan le dieron dos balazos en el corazón y en la sien; no había de dónde se salvara”
En el incidente también murió Miguel, un hombre alegre que adoraba a la hija de Marisela.
Alan y Miguel fueron asesinados al intentar rescatar a Gerzon. La tragedia creció. Marisela ni siquiera pudo llorarle a su hijo; debía continuar con la búsqueda de su hijo secuestrado.
Una lucha incesante
No hubo detenidos, aquel ataque sólo reflejó la impunidad que gozan los grupos criminales en Veracruz, un Estado donde el homicidio creció 114 por ciento en lo que va de 2016, de acuerdo con cifras del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública.
Al continuar la búsqueda, Marisela no sólo encontró la indiferencia de la autoridad; también amenazas telefónicas que le exigían callar. Pasaron las semanas; los meses y no hubo noticias de Gerzon, quien cursaba el segundo semestre de Arquitectura.
Pero esta mujer no se rinde; pese al dolor decidió fortalecer su lucha. Se unió a la Caravana de Justicia y Dignidad. Dejó Veracruz y hoy vive en algún lugar del Valle de México, donde toma fuerzas.
“Yo tengo mucha fe que Gerzon está vivo, tengo mucha fe y no lo vamos a dejar de buscar”
Es la realidad en el tema de este delito, considerado de alto impacto. Datos de “Alto al Secuestro” refieren que hasta el mes de mayo de 2016, se registraron 573 secuestros en México; las entidades del centro del país lideran la lista.
El camino que viene
Dentro de un ángel de porcelana, Marisela conserva las cenizas de Alan; a un costado, una carta que él escribió cuando estudiaba la secundaria; se trata de un documento valioso que Alan redactó así: “Quiero una familia donde haya mucho amor, respeto y cariño… a mis padres queridos, quiero comprarles igual todo lo que me pidan y cuidar de ellos”, reza un fragmento del texto, que cada mañana lee una madre con los ojos visiblemente hinchados por no dormir. “El dolor es tan fuerte que me ha hecho perder el miedo”.
En nuestro país, la cifra de secuestros es alarmante. En el año 2000 había reportes por 2 mil 900 casos. Para el 2015 el número ascendió a 32 mil. El pago por rescates, de acuerdo con el Consejo Para la Ley y los Derechos Humanos, arroja ingresos al hampa por más de 540 mil millones de pesos al año.
Luego de reavivar la llama en la veladora de Alan, Marisela camina a un sillón; ahí tiene algunos libros sobre activismo en México. Desde hace tiempo no sólo lucha por su causa; también arropa la de otras familias que buscan a sus familiares desaparecidos. “En vez de quedarme en mi casa llorando, pues no, no lo voy a hacer ni lo he hecho, estoy luchando”, sentencia.
Es Marisela… y su lucha en medio de la impunidad…

Óscar Hernández Bonilla es reportero de investigación en Proyecto 40. Conductor suplente en Informativo 40. Especializado en temas sociales y seguridad. Coberturas electorales, desastres naturales,  e internacionales: guerrilla de las FARC. “En cualquier parte hay algo valioso, digno de narrar; el reto es descubrirlo”.

E-mail: oskarhbonilla@gmail.com

Twitter: @ohernandezb