¿ESTABILIDAD ECONÓMICA?

PESOS Y CONTRAPESOS
Dos son, en términos generales, las principales características de una economía: dinamismo y estabilidad, dinamismo que se mide por el comportamiento de la producción de bienes y servicios, el Producto Interno Bruto, PIB; estabilidad que se mide por la evolución de los índices de precio, sobre todo del Índice Nacional de Precios al Consumidor, IPC, a partir del cual se calcula la inflación.
Menciono lo anterior porque en el último Informe Semanal del Vocero de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público, correspondiente al período del 4 al 10 de diciembre, se habla a la estabilidad macroeconómica, y se hace referencia al comportamiento de las siguientes variables: la tasa de desocupación; el consumo privado; las expectativas de crecimiento del sector privado; las reservas internacionales; las calificaciones otorgadas al gobierno mexicano en materia de deuda y, por último, la inflación, afirmándose que la “inflación promedio (anual) durante el sexenio es la más baja desde 1970 (3.7 por ciento de diciembre de 2012 a septiembre de 2017), manteniendo el poder adquisitivo de las familias mexicanas”, siendo cierto lo primero (inflación promedio anual más baja desde 1970), no siéndolo lo segundo (manutención del poder adquisitivo de las familias mexicanas), y a la prueba me remito: de diciembre del 2012 (primer mes de la administración de Peña), a noviembre pasado (último mes para el que tenemos información), la inflación acumulada en México fue del 21.54 por ciento, lo cual difícilmente puede calificarse como “manutención del poder adquisitivo de las familias mexicanas”.




Veamos cual ha sido la inflación anual, para el mes de noviembre, a lo largo de esta administración: 2012, último año del gobierno de Calderón, 4.18 por ciento; 2013, primer año del sexenio de Peña, 3.62; 2014, 4.17; 2015, 2.21; 2016, 3.31; 2017, penúltimo año de esta administración, 6.63 puntos porcentuales. Entre noviembre de 2015 y noviembre de 2017, a lo largo de los dos últimos dos años, la inflación repuntó 200 por ciento. Así las cosas, ¿podemos hablar, con un mínimo de realismo, de estabilidad económica?
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