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| Ricardo Homs |
Con la muerte de Fidel Castro, igual que sucede cada vez que surge un acontecimiento de alto impacto mediático, han circulado muchos “memes” realmente graciosos y creativos. Sin embargo, este fenómeno humorístico debe llevarnos a la reflexión.
El común de los cibernautas considera que participa en política al externar sus opiniones a través de las redes sociales y mucho más si difunden “memes”. Sin embargo, mas allá de las carcajadas que provocan los memes, éstos se han convertido en el mayor freno para el ejercicio de la democracia en México, pues reprimen el ánimo de exigir responsabilidades a los políticos de modo contundente, ante las autoridades, en el mundo real.
En México han sucedido acontecimientos que en otros países hubiesen provocado un tsunami político y social. Sin embargo los “memes” han dado una salida cómoda a quienes abusan de su cargo.
Estas imágenes llenas de humor concentran el enojo y la rabia que generan los abusos de muchos funcionarios públicos. Vemos que después del escarnio y la mofa, los “memes” terminan desactivando el ánimo de exigir justicia y llevar hasta sus últimas consecuencias las responsabilidades jurídicas.
Los memes despresurizan los conflictos políticos y sociales y los diluyen hasta sacarlos de la agenda pública y hacerlos desaparecer, dejando en la impunidad abusos y actos delictivos en contra del patrimonio de todos los mexicanos, lo cual estimula que otros decidan también repetir un delito similar, pues se genera la percepción pública de ausencia de consecuencias.
El humor prolífico e ingenioso que acompaña al mexicano se ha convertido en enemigo de una democracia madura y responsable y nos lleva a vivir un contexto político frívolo y tolerante ante el abuso.
Pareciera ser que las redes sociales han propiciado el surgimiento de prácticas viciadas que nos mantienen en el subdesarrollo político y social y favorecen la impunidad a favor de la corrupción y el abuso.
En otras partes del mundo las redes sociales han empoderado a la ciudadanía y han propiciado cambios políticos y sociales. Sin embargo en México han dado pie, por una parte, a campañas de desprestigio durante los tiempos electorales, linchamientos mediáticos y circo, a través del abuso de los memes como despresurizador de tensiones políticas y sociales, que favorecen a nuestra clase política.
Generalmente se piensa que los memes son manifestaciones ciudadanas espontáneas, pero la realidad es que muchos de estos pueden haber sido generados en despachos profesionales con el fin de desprestigiar a alguien y favorecer a quien paga sus servicios.
Debiésemos ser más cautelosos ante las redes sociales y menos ingenuos, evaluando antes de reenviar a nuestros contactos los memes que tanto nos divierten, si no estaremos siendo utilizados por terceros para favorecer sus propios intereses políticos.
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