La fiebre del Bitcoin, como le hemos informado, este año ha llevado al colapso la venta de monedas de oro y plata en Estados Unidos.
En México, el de por sí bajo volumen de ventas de monedas áureas ha repuntado levemente, mientras que el de onzas de plata libertad ha tenido un descenso muy pronunciado.
He sabido de casos en los que tenedores de oro y plata de mucho tiempo han comenzado a venderlos para invertir ese dinero en Bitcoins.
De ninguna manera puedo recomendar a nadie que lo haga; de hecho, pienso que es una muy mala idea.
Sí, la dupla de metales preciosos ha tenido un periodo largo y difícil desde su mejor año del siglo: 2011, pero los fundamentos para la inversión y tenencia de oro no sólo continúan fuertes, sino que han mejorado.
De hecho, a pesar de las recientes correcciones, el oro sigue en tendencia alcista mayor desde diciembre de 2015, por cierto, mes en el que la Fed estadounidense comenzó su ciclo alcista de tasas de interés.
Esto echa por la borda el viejo mito de que el oro sólo puede subir cuando las tasas de interés van a la baja.
Pero, ¿por qué es una mala idea vender oro para comprar Bitcoins? Porque los días de gloria del metal dorado aún están por venir, y así como a cualquiera le hubiera gustado adquirir la más importante de las criptomonedas cuando costaba centavos de dólar, en el futuro lamentará haberse desprendido de cada onza que hubiera vendido, y que quizá se dispare como este año lo ha hecho el BTC.
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