Este fin de semana ha llegado lo que podríamos considerar la confirmación de que el peso mexicano tenderá a debilitarse aún más hacia fin de año, a menos que algo muy positivo ocurra en la llamada
‘renegociación’ del TLCAN.
Y es que la todavía presidenta de la Reserva Federal (Fed) de Estados Unidos, Janet Yellen, ha dicho este fin de semana que prestará atención a la inflación en los meses por venir, pero que –a pesar de ser moderados– aún sería necesario un aumento gradual en las tasas de interés. Malas noticias para el peso.
En nuestra opinión, Yellen –quien dejaría el cargo en febrero próximo, a menos que Trump la vuelva a nominar– quiere concluir su mandato con tasas de interés al alza y la hoja de balance del banco central estadounidense contrayéndose. ¿A qué se debe esto? Bueno, a lo obvio: la institución que dirige –desde los tiempos de su antecesor, Ben Bernanke– ha inflado lo que se conoce como ‘la burbuja de todo’ en el mundo. Quiere dejar la imagen de que limpia la casa.
La propia Yellen –al referirse a los actuales niveles de ratio precio-beneficio (P/E) en las bolsas– reconoció que las valuaciones del mercado “están en un nivel alto en términos históricos” (ver gráfico cortesía de Zerohedge). Matizó diciendo que un factor para ello es que las tasas de interés continúan siendo muy bajas y que “en general los riesgos a la estabilidad financiera de EU siguen siendo moderados”.
Pero dado que los banqueros tendrán siempre una inclinación a maquillar las circunstancias y a pintarlas mejor de lo que en realidad son, nuestra recomendación es siempre tomar su optimismo como advertencia y sus llamados de atención como auténticas alarmas. Eso nos da una visión más realista de la situación de la economía y los mercados financieros.
En este caso es evidente que la propia Yellen está bastante preocupada por la burbuja (bomba) que tiene en las manos, y no quiere pasar a la historia como la cabeza que cerró los ojos y nada hizo para desactivarla.
La Fed en manos de Trump
Seguro que la titular de la Fed está consciente de que con un misógino como Trump en la Casa Blanca – quien además pretende acabar con todo lo que huela a Barack Obama– las probabilidades de que será ratificada en el puesto son nulas.
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