PESOS Y CONTRAPESOS
La pregunta ¿cómo le irá a la economía mexicana en el 2019? parte de los supuestos, ¡falsos!, de que existe La Economía Mexicana y de que la misma avanza, se estanca o retrocede por su cuenta, al margen de lo que hagan o dejen de hacer los agentes económicos, individualmente considerados. La Economía Mexicana no existe, lo que existe son las actividades económicas de cada uno de los agentes económicos, tanto por el lado de la producción, oferta y venta de bienes y servicios, como de la demanda, compra y consumo de satisfactores. La pregunta correcta no es ¿cómo le irá a la economía mexicana en el 2019? sino ¿qué debo hacer yo para que, en el 2019, me vaya mejor económicamente hablando, para que pueda generar más ingresos, para que pueda consumir más y mejor, para que pueda ahorrar más?
Lo anterior quiere decir que el desempeño de la economía mexicana depende del desempeño de cada uno de sus agentes económicos (empresarios, trabajadores, consumidores y, muy importante, de lo que el gobierno haga) y no al revés. El desempeño de los agentes económicos no depende del desempeño de la economía, lo cual no quiere decir que un mejor desempeño económico de los demás no sea condición necesaria para un mejor desempeño económico de uno mismo: si a más gente le va mejor habrá más y mejores posibilidades para que a mí también me vaya mejor. La economía es una red por la cual todos estamos conectados.
Aclarado lo anterior, y centrando la atención en el dinamismo (que se mide por el crecimiento de la producción, el PIB) y la estabilidad (que se mide por la inflación, el INPC) de la economía, ¿qué se espera para el 2019? Una respuesta la tenemos en la Encuesta sobre las Expectativas de los Especialistas en Economía del Sector Privado, que mes tras mes levanta el Banco de México, y cuyos resultados de diciembre ya están disponibles.
Tomando como referencia la media de las respuestas, se estima que en 2018 la economía mexicana creció 2.14 por ciento con una inflación del 4.67 por ciento. Para el 2019 se proyecta un crecimiento del 1.89 por ciento con una inflación del 3.85 por ciento. La mala noticia: se espera un crecimiento menor, por lo tanto, menor dinamismo. La buena noticia: se espera una menor inflación, por lo tanto, menor inestabilidad, menor pérdida en el poder adquisitivo de nuestro dinero y, por ello, de nuestro trabajo (que se paga con dinero) y de nuestro ahorro (que se realiza en dinero).
En términos generales no se espera un deterioro, mucho menos considerable, en materia de economía, lo cual, dadas algunas decisiones equivocadas de AMLO, como la cancelación de la construcción de NAICM en Texcoco, es una buena noticia. Claro que falta lo más importante, que las proyecciones señaladas se cumplan, lo cual resulta poco probable. Ya veremos que, en la encuesta de enero, que conoceremos el inicio de febrero, las proyecciones cambiarán.
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