BANXICO Y LA INFLACIÓN

PESOS Y CONTRAPESOS

Leemos, en el artículo 28 de la Constitución, que “el Estado tendrá un banco central (…) cuyo objetivo prioritario será procurar la estabilidad del poder adquisitivo de la moneda nacional”, lo cual para las autoridades monetarias quiere decir lograr una inflación anual del 3 por ciento, más menos un punto porcentual de margen de error, por lo que la máxima inflación aceptable es del 4 por ciento, algo que, en los años trascurridos del siglo XXI, no se ha conseguido. Suponiendo que terminemos el 2018 con una inflación del 5.0 por ciento, la inflación promedio anual entre 2001 y 2018 será del 4.3 por ciento, lo cual dará como resultado una inflación acumulada del 112 por ciento. En todo este periodo la menor inflación fue la del 2015, 2.13, y la mayor la del 2017, 6.77. ¿Qué tan eficaz ha resultado la política monetaria para conseguir y mantener la meta de inflación?




Fue a partir del 2016 que la inflación comenzó a repuntar: entre diciembre del 2015 y diciembre del 2017, con altibajos a lo largo del camino, la inflación pasó de 2.13 a 6.77 por ciento, lo cual dio como resultado un aumento de 4.64 puntos porcentuales, equivalentes al 217.84 por ciento, pese a los esfuerzos del Banco de México para evitar que las presiones inflacionarias se tradujeran en inflación, es decir, a pesar del constante aumento en la tasa de interés de referencia, la Tasa de Interés Interbancaria (TII), que es la herramienta de la política monetaria del Banco de México (en otros Pesos y Contrapesos he explicado cuál es la lógica ilógica que hay detrás del aumento en la TII como herramienta de política monetaria, explicación que no puedo repetir hoy).




¿Qué tan eficaz ha resultado el aumento en la TII para contener las presiones inflacionarias y lograr la meta de inflación? Veamos. Del 17 de diciembre de 2015 al 20 de diciembre del 2018, ante el surgimiento de presiones inflacionarias, ocasionadas principalmente por la depreciación del peso frente al dólar, se registraron 15 aumentos en la TII, que pasó del 3.00 al 8.25 por ciento. En ese mismo período de tiempo la inflación pasó de 2.13 (segunda quincena diciembre de 2015) a 6.77 (segunda quincena de diciembre de 2017) a 5.00 (primera quincena de diciembre de 2018), lejos de la meta del 3 por ciento, más menos un punto porcentual de margen de error. ¿Qué tan eficaz ha resultado el aumento en la TII para contener las presiones inflacionarias y lograr la meta de inflación?
Se puede argumentar que sin los aumentos en al TII el repunte en la inflación hubiera sido mayor. Puede ser, pero queda la pregunta de qué tan eficaz resulta la lucha contra los repuntes en la inflación induciendo aumentos en los precios del crédito, que eso son las tasas de interés. Por eso hablo de una lógica ilógica como punto de partida de la política monetaria.
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