¡BASTA DE VIVIR A EXPENSAS DE LOS DEMÁS, GENEREMOS NUESTRA PROPIA RIQUEZA!

JosueS
Josué Segura

En el artículo anterior afirmé que es de nosotros los jóvenes, la responsabilidad de asumirnos como verdaderos agentes de cambio y transformación del país; abriéndonos a la actividad económica, siendo emprendedores y más críticos pero el gobierno nos ha mal acostumbrado y nos ha hecho creer que así NO es la solución.
Primeramente debemos entender que hay una gran brecha y diferencia entre un generador de riquezas, que se siente responsable de sí mismo, a otro individuo que espera la solución tanto de sus problemas como los de la sociedad en la que vive. Y de la misma forma, no trabaja de igual modo aquel que se asume como completo responsable de éxito de su propia vida, a que aquel que espera pacientemente de alguien más para que le resuelva y diseñe su futuro “inmediato”.
¿A qué voy? La responsabilidad individual debe ser pregonada e inculcada si queremos tener sociedades más prósperas. Ésta se valora en demasía cuando se tiene esta firme convicción, se es más sagaz, tenaz, audaz, creativo, innovador y en consecuencia un mejor agente de cambio, agente económico.
¿Dónde deben ser inculcados estas creencias, valores y comportamientos?
En la familia y en la escuela, sin lugar a dudas. Si queremos tener una nación próspera será necesario el persuadir a todos, niños, jóvenes y adultos, de la gran importancia que tiene la ética de la responsabilidad y las consecuencias tanto económicas, sociales y políticas que traen consigo en la toma de decisiones.
Entonces ¿Qué o quién está fallando?
México necesita formar y transformar al ciudadano en un individuo capaz de tomar iniciativas propias, riesgos, que detecte oportunidades de crecimiento, o de negocios, que genere bienes o servicios para obtener ganancias, pero el gobierno a través del “estado benefactor” a tergiversado esta idea de libertad, autonomía e independencia.
Y el problema surge cuando la hada madrina (el estado) cree tener el “compromiso” de obligarnos a ayudarnos los unos a los otros y sí, esta “ayuda” sale de un gobierno monopólico y coercitivo, convirtiéndose así, éste, en nuestro mayor ENEMIGO, queriendo igualarnos, evitando que mejoremos e inventando nuevos límites y nuevas prohibiciones para hacer que otros no triunfen o que lo hagan a expensas de otros.
Pero ¿Quién paga todas estas “ayudas y beneficios” a ciertos sectores?
Sí, efectivamente, como lo está pensando, nosotros lo hacemos, financiados de mis impuestos, de los impuestos de mi familia, de mis amigos, de usted quien está leyendo este artículo; estos impuestos cabe mencionar, no son pocos, hay uno para cada área.
En fin, sin darnos cuenta, pagamos el colegio, la universidad, salud pública, etc. aunque no se asista o utilice de ellas, y sí, también nosotros mantenemos a los políticos, quienes se alaban a sí mismos haciéndonos creer que nos ayudan, cuando en realidad estamos viendo, viven a costa nuestra y por ende, también, toda la gente que vive a expensas del Estado recibiendo dichas “gratuidades”.
Tenemos que entender y hacerle saber al gobierno sus tareas esenciales, que haga valer los derechos (que vuelvo a repetir no hay que confundir, ni con necesidades o intereses), que vele por impedir la violación de los mismos (garantizar la seguridad contra la delincuencia) y, de fallar, castigar al criminal y resarcir los daños del afectado (impartir justicia).
Es curioso ver que la mayoría de la gente está en contra del gobierno que busca cualquier tipo de prohibición, pero sí a favor del gobierno “hada madrina”. A fin de cuentas es como estar a favor del socialismo.
Concluyamos entonces de esta manera:
No es obligación del estado dar empleos, educación, alimentación, vivienda, etc; pero lo que sí es su obligación es proporcionar un ambiente en donde sea fácil generar cada una de las anteriores. El estado tiene que generar condiciones, no dar.
Y si usted se identifica como un individuo que cree que su única responsabilidad con los demás es la de respetar y hacer respetar su derecho a vivir libres y a su propiedad, que cree en persuadir y no en obligar, sobre todo conoce sus límites, trata de corregirse en comunión con sus virtudes para mejorar su situación actual y la de su entorno, probablemente es un verdadero agente de cambio, un liberal y no lo sabía.
“Josué Segura, miembro fundador de México Libertario, estudiante de Derecho en la UNAM, colaborador en publicaciones, crítico político liberal.”
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