CERO

PESOS Y CONTRAPESOS

Durante los nueve primeros meses del 2018 la economía mexicana creció, en promedio trimestral, 2.1 por ciento, crecimiento bajo pero dentro de lo normal para nuestra economía, cuyo crecimiento promedio anual del 2001 al 2018 fue 2.3 por ciento, crecimiento mediocre y, por ello, preocupante.
A lo largo de los nueve primeros meses del 2019 el crecimiento promedio trimestral de la economía mexicana fue 0.0 por ciento, con el siguiente crecimiento trimestre tras trimestre: 1.2, menos 0.8 y menos 0.4 por ciento, sumando ya dos trimestres consecutivos con crecimiento negativo, lo cual nos ubica, oficialmente, en una situación de recesión, definida precisamente como dos trimestres consecutivos de crecimiento negativo.
Comparemos. Crecimiento promedio trimestral de la economía mexicana entre enero y septiembre de 2018, 2.1 por ciento, dentro de lo normal. Crecimiento promedio trimestral de la economía mexicana entre enero y septiembre de 2019, 0.0 por ciento, fuera de lo normal.




Es un hecho que, con la llegada de la 4T al poder, la economìa mexicana se frenó en seco. Durante el tercer trimestre de 2018 creció 2.5 por ciento. Un año después, a lo largo del tercer trimestre de 2019, decreció 0.4 por ciento, con todo lo que ello significa en términos de producción de bienes y servicios, de creación de empleos, de generación de ingresos y, por lo tanto, en términos del bienestar de las familias mexicanas.
La debacle comenzó hace un año con la cancelación de la construcción del NAICM en Texcoco, y hasta el momento el gobierno no ha sido capaz de revetirla, para lo cual debe recuperar la confianza de los empresarios, de cuyas inversiones directas dependen la producción, el empleo y el ingreso, y por lo tanto el bienestar, siendo la producción la variable con la que se mide el crecimiento de la economía.




Leemos en el artículo 25 constitucional que el Estado debe, entre otras cosas, crear “…las condiciones necesarias para generar un mayor crecimiento económico, promoviendo la inversión…”, siendo un hecho innegable que el actual gobierno, que para tales efectos respresenta al Estado, ha hecho exactamente lo contrario: ha creado las condiciones que han desincentivado las inversiones directas, de las cuales depende la producción de bienes y servicios, variable con la que se mide el crecimiento de la economía, momento de recordar que AMLO se comprometió a respetar la Constitución, algo que, con relación al renglón señalado, no ha hecho. Nos toca ahora a nosotros, los ciudadanos, demandárselo. ¿Seremos capaces?
Antes del inicio de la 4T ya enfrentábamos el problema del bajo crecimiento, 2.3 por ciento en promedio. A once meses de iniciada la 4T el problema se ha agravado. El crecimiento ya no es bajo sino negativo.
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