CONSUMO DE LAS FAMILIAS, MENOR CRECIMIENTO

PESOS Y CONTRAPESOS

El desempeño de una economía debe medirse a nivel de la economía familiar. Lo que importa es elevar el bienestar de las familias, que depende de la cantidad, calidad y variedad de los bienes y servicios a su disposición: a mayor cantidad, mejor calidad y mayor variedad, más bienestar. ¿Hay manera de medirlo? Sí, por medio del Indicador del Consumo Privado (ICP), que mes tras mes reporta el INEGI, y que mide el gasto de las familias en la adquisición de bienes y servicios, nacionales e importados, excluyendo compras de viviendas y objetos valiosos. El ICP es una buena aproximación al consumo familiar (CF). Ya tenemos los resultados para el pasado mes de octubre. La tendencia es preocupante.




En términos anuales (comparando cada mes con el mismo mes del año anterior) y desestacionalizados (eliminando los efectos calendario y estacionales, lo que permite una mejor comparación), en octubre del 2018 el CF creció 1.5 por ciento (1.3 por ciento los bienes y servicios de origen nacional, 3.0 por ciento los bienes importados), cifra que se compara desfavorablemente con los dos años a anteriores. En octubre de 2016 el CF creció 3.1 por ciento y en octubre de 2017 avanzó 2.4 puntos porcentuales. La buena noticia: el CF sigue creciendo. La mala: cada vez menos. Sumamos ya dos años, considerando al mes de octubre, con un crecimiento del CF cada vez menor: en 2017 la tasa de crecimiento resultó 22.6 por ciento menor que la del 2016; en 2018, con relación al 2017, fue 37.5 por ciento menor.
Otra manera de analizar el comportamiento del CF es calculando, para el período enero – octubre, la tasa de crecimiento anual promedio mensual, lo cual nos permite tener una visión más amplia, no centrada en lo que sucedió en un solo mes (en este caso octubre), sino en los meses transcurridos del año (en este caso de enero a octubre). Desde este punto de vista, ¿cuál es el resultado? El mismo: una tendencia preocupante.




Entre enero y octubre del 2016 el CF tuvo una tasa de crecimiento anual promedio mensual del 4.1 por ciento, que se redujo al 3.5 en el 2017, para nuevamente reducirse a 2.3 en el 2018. Sumamos ya dos años, considerando el periodo enero – octubre, con un crecimiento anual promedio del CF cada vez menor: en el 2017 fue 14.6 por ciento menor que en el 2016; en el 2018, comparado con el 2017, resultó 34.3 por ciento menor.
¿Cuál puede ser la causa de esta tendencia decreciente en la tasa de crecimiento del CF? Una posible repuesta sería: una mayor inflación y, por lo tanto, una mayor pérdida en el poder adquisitivo del dinero. Sin embargo, entre enero y octubre de 2017 se acumuló una inflación del 5.1 por ciento y en 2018 del 3.2. La inflación, en 2018, no repuntó, se redujo. A lo anterior hay que agregarle que, en términos reales (poder adquisitivo), en 2017 y 2018 el salario mínimo registró aumentos del 2.8 y 5.6 por ciento.
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