CRECIMIENTO, DE MAL EN PEOR

PESOS Y CONTRAPESOS
El INEGI dio a conocer, el viernes 24, las cifras definitivas del Producto Interno Bruto, PIB, para el primer trimestre del año, confirmándose lo que se dio a conocer el 30 de abril con la estimación oportuna para los primeros tres meses del año: el crecimiento de la economía, que se mide por el comportamiento de la producción de bienes y servicios, el PIB, independientemente de cómo se mida, va a la baja, lo cual resulta preocupante. Utilizando las cifras desestacionalizas, que permiten una mejor comparación, tenemos lo siguiente.
Hace un año, durante el primer trimestre del 2018, la economía creció 1.3 por ciento, crecimiento mediocre, por debajo del crecimiento promedio anual del 2001 al 2017, que fue 2.3 por ciento, también mediocre. A lo largo del primer trimestre de 2019 la economía decreció 0.2 por ciento, decrecimiento preocupante. De un año a otro pasamos de un crecimiento del 1.3 a un decrecimiento del 0.2 por ciento.
Durante el último trimestre de 2018 la economía mexicana ni creció, ni decreció. Su comportamiento fue 0.0 por ciento, algo preocupante. Un trimestre después, a lo largo de los primeros tres mese de 2019, la economía decreció 0.2 por ciento, algo muy preocupante. De un trimestre a otro pasamos de un crecimiento del 0.0 a un decrecimiento del 0.2 por ciento.
Ya sea que comparemos en términos anuales, comparando el primer trimestre de 2019 con el primero de 2018, ya sea que lo hagamos en términos trimestrales, comparando el primer trimestre de 2019 con el último de 2018, el resultado es el mismo: un comportamiento cada vez peor del PIB.
Si del PIB pasamos al Indicador Global de la Actividad Económica, el IGAE, para el que ya tenemos las cifras de marzo, el resultado es el mismo: menor crecimiento.
En términos desestacionalizados, en marzo de 2018, la actividad económica creció 2.5 por ciento, resultado mediocre. Un año después, en marzo de 2019, decreció 0.6 por ciento, resultado muy preocupante. De un año a otro pasamos de un crecimiento del 2.5 a un decrecimiento del 0.6 por ciento.
En febrero de 2018 la actividad económica creció 0.9. Un mes después, en marzo pasado, decreció 0.6 por ciento. De un mes para otro pasamos de crecer al 0.9 a decrecer al 0.6 por ciento.
Ya sea que comparemos en términos anuales, comparando marzo de 2019 con marzo de 2018, ya sea que lo hagamos en términos mensuales, comparando marzo con febrero, el resultado es el mismo: un comportamiento cada vez más preocupante de la actividad económica. De mal en peor.
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