CUARENTENA Y ECONOMÍA (Primera de dos partes)

PESOS Y CONTRAPESOS
Hay quienes opinan que, ante la amenaza del coronavirus, el gobierno ya se tardó en decretar la cuarentena que, bien entendida y bien practicada, cosiste en 40 días de aislamiento, de quedarse encerrado en casa sin salir, lo cual, para la mayoría de la gente resulta imposible, sobre todo en un país como México, con más o menos el 50 por ciento de la población viviendo al día, teniendo que salir a trabajar todos los días. ¿Cuántos hogares tienen, o garantizado el ingreso durante una cuarentena, o el ahorro suficiente para sobrevivir 40 días sin trabajar?
Quienes afirman que primero está la salud y la vida, y después la economía, deben reconocer que la salud y la vida dependen de la actividad económica, comenzando por la producción de bienes y servicios, de la cual depende que los podamos consumir para mantener la salud y la vida. Actividad económica, desde producción hasta consumo, es igual a salud y vida. Primero trabajar (producir) y luego comer (consumir).




¿Quiere lo anterior decir que estoy en contra de que, de ser necesario para evitar que la pandemia sea más grave de lo que será, el gobierno decrete una cuarentena, si no total, al menos parcial? No, lo que estoy diciendo es que, de decretarse la cuarentena, debe tenerse en cuenta, primero, el efecto que ello tendría sobre la actividad económica (sobre el empleo, el ingreso, el consumo) y, segundo, tener una estrategia tripartita (gobierno, empresarios y trabajadores) para, en la medida de lo posible, garantizar la sobrevivencia de las empresas (empleos e ingresos).
Al considerar el tema de la cuarentena hay que tener presente dos cosas. Primera: la crisis sanitaria, al margen de su gravedad, durará algunos meses, pero la crisis económica, que generaría una cuarentena, durará mucho más. Segunda: que la crisis sanitaria afectará relativamente a pocos pero la crisis económica afectará relativamente a muchos.




Sin que el gobierno haya decretado una cuarentena, muchas empresas ya han puesto en marcha medidas para minimizar el contacto social, y muchos ciudadanos, por prudencia (que es la virtud por la cual cuidamos de nosotros mismos), están haciendo lo mismo, todo lo cual ya tiene un efecto recesivo sobre muchas actividades económicas, efecto que se multiplicará cuando el gobierno decrete la cuarentena. Por eso urge el plan tripartito entre gobierno, empresarios y trabajadores, por el cual cada uno tendrá que asumir un costo: el gobierno reasignar parte de su gasto, los empresarios reducir ganancias, los trabajadores aceptar menos salario. Mañana más detalles en torno a este plan tripartito.
Por lo pronto termino con esta cita del Wall Street Journal: “Ninguna sociedad puede salvaguardar la salud pública por mucho tiempo al costo de la salud económica”.
Continuará.
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