CUARENTENA Y ECONOMÍA (Segunda de dos partes)

PESOS Y CONTRAPESOS
Dos son los retos que enfrentamos con relación al coronavirus: minimizar el contagio por medio del aislamiento; minimizar la quiebra de empresas, consecuencia del aislamiento. Puesto así parece ser que, o lo uno (minimizar el contagio por medio del aislamiento), o lo otro (minimizar la quiebra de empresas, consecuencia del aislamiento). ¿Será?
Muchas empresas han tomado medidas para minimizar el contacto social, y muchos ciudadanos están haciendo lo mismo, todo lo cual ya tiene un impacto sobre la economía, primero por el lado de la demanda por bienes y servicios (menor) y, consecuencia de ello, también por el lado de la oferta (a menor demanda menor producción). Todo ello se traduce en presiones recesivas que se incrementarán cuando el gobierno imponga la cuarentena, momento en el cual deberá tenerse clara, la magnitud del efecto recesivo, y la estrategia tripartita (gobierno, empresarios y trabajadores) para, en la medida de lo posible, minimizar la quiebra de empresas. ¿Cuál debe ser, en líneas generales, la esencia de esta estrategia tripartita? Mantener, hasta donde sea posible, la demanda por bienes y servicios.




De parte del gobierno se requiere un programa de exenciones de impuestos a las empresas que se comprometan a pagar, si no la totalidad, por lo menos parte del salario de los trabajadores que tengan que quedarse en casa, para que puedan seguir demandando. Esa exención de impuestos, que se traduciría en menor recaudación, no debe compensarse, ni con otros impuestos, ni con deuda, mucho menos con producción de dinero, sino con recortes al gasto.
De parte de los empresarios se necesita que estén dispuestos a sacrificar parte de sus ganancias (sobre todo de las extraordinarias, que muchos las tienen) para, en la medida de lo posible, seguir pagando salarios aunque, temporalmente, sus trabajadores no laboren pero puedan seguir demandando.




De parte de los trabajadores se requiere que estén dispuestos a aceptar temporalmente, o menos salario, o (como ya lo está haciendo Alsea) licencias voluntarias temporales, sin goce de salario, con el fin de preservar las fuentes de empleo, condición necesaria para mantener la demanda.
Mucho más se podrá hacer para, en la medida de lo posible, mantener la demanda y evitar la quiebra de empresas, con todo lo que ello significa: más desempleo, menos ingresos, menos demanda, menos consumo, menor bienestar.
Por ultimo no hay que olvidar a los consumidores, que somos todos, quienes, en la medida de lo posible, debemos aprovechar las oportunidades que nos brinda la tecnología (en vez de ir al oferente que el oferente venga a nosotros), para, en la medida de lo posible, mantener la demanda.
Todo en la medida de lo posible, que será mucho menos de lo deseable.
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