DE MAL EN PEOR

PESOS Y CONTRAPESOS
La economía no va bien.
Para empezar analicemos lo que está pasando con el consumo privado, CP, que es la compra de bienes y servicios que realizan las familias residentes en el país, excluyendo la adquisición de vivienda y objetos de lujo, compra que es el paso previo al consumo, a la
utilización de los satisfactores para satisfacer las necesidades. En septiembre de 2017 el CP creció, a tasa anual, 3.0 por ciento. En septiembre de 2018 creció menos, 2.8 por ciento. Un año después, en septiembre pasado, creció todavía menos, solamente 1.0 por ciento. Menor crecimiento del CP. Mal. Durante el tercer trimestre de 2017 el crecimiento promedio anual del CP fue 3.27 por ciento. A lo largo del tercer trimestre de 2018 el crecimiento fue menor, 2.73 por ciento. Durante el tercer trimestre de 2019 dicho crecimiento resultó todavía menor, únicamente 0.73 por ciento. Menor crecimiento del CP. Mal. El bienestar de las familias depende de la cantidad, calidad y variedad de los bienes y servicios de los que disponen: a mayor cantidad, mejor calidad y más variedad mayor bienestar y viceversa. Dada esta relación es que resulta preocupante el comportamiento del CP, de la compra de bienes y servicios, de la cual depende, en buena medida, su disposición por parte de las familias. Todo lo demás constante, a menor crecimiento del CP menor bienestar de las familias, precisamente lo que está sucediendo en México.




Para terminar veamos cómo se ha comportado la inversión fija bruta, IFB, que se realiza en instalaciones, maquinaria y equipo, y que es parte fundamental de la inversión directa, ID, de la que dependen la producción de bienes y servicios (con los que satisfacemos nuestras necesidades), la creación de empleos (para producir alguien tiene que trabajar), y la generación de ingresos (a la gente se le paga por trabajar), variable de la cual dependen, en buena medida, los buenos resultados de la economía, comenzando por el crecimiento. En septiembre de 2017 la IFB decreció, a tasa anual, 2.0 por ciento. En septiembre de 2018 creció, pero solamente 0.1 por ciento. Un año después, septiembre pasado, decreció 6.5 por ciento. Fuerte caída en la IFB y por ello en la ID. Pésimo. A lo largo del tercer trimestre de 2017 el crecimiento promedio anual de la IFB fue menos 0.67 por ciento. Durante el tercer trimestre de 2018 logró crecer 0.90 por ciento. Durante el tercer trimestre de 2019 decreció 6.63 por ciento. Fuerte caída de la IFB y por lo tanto en la ID. Pésimo.




Dado todo lo que depende de la ID (producción de bienes y servicios, creación de empleos y generación de ingresos), y dado que el bienestar de las familias depende, directamente, de la cantidad, calidad y variedad de los bienes y servicios de los que disponen, e indirectamente del empleo y el ingreso, es que resulta sumamente preocupante el comportamiento de la IFB, cuya caída, hasta ahora, no ha habido manera de detener, y cuya causa es la desconfianza que, entre los empresarios, ha generado la 4T, desconfianza que se muestra en los resultados del Indicador de Confianza Empresarial, que comenté en días pasado en estos Pesos y Contrapesos. La economía no va bien, y las causas de su mal desempeño no son externas sino internas, consecuencia de pésimas decisiones tomadas por AMLO, y que debe revertir, algo que no hará. A la economía le seguirá yendo mal.
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