DEMOCRACIA ¿UN NUEVO TIPO DE TIRANÍA?

JosueS
Josué Segura

La palabra democracia ha estado muy de moda en los últimos años, utilizada en discursos demagógicos de los gobiernos latinoamericanos, afirmando los representantes, en dichos discursos, haber ganado la representación por méritos y que gobiernan bajo una democracia que reconoce los derechos de todas las personas. Pero lo que importa realmente es que entendamos que la democracia no es tan perfecta como creíamos. Mi objetivo en este artículo es mostrar que la democracia no sirve completamente como medio o apoyo para lograr o mantener la libertad.
Primeramente ¿Qué supone la democracia?
Es un acto mediante el cual un representante actúa en nombre de un representado para la satisfacción de sus intereses. Y en gobierno representativo, el titular del poder político (el pueblo, soberano) no lo ejerce por sí mismo, sino por medio de sus gobernadores o legisladores. Así, la representación política ocurre cuando los actores políticos hablan, abogan y actúan en nombre de otros en la arena política. Consiste en hacer presentes las perspectivas, opiniones y voces de los ciudadanos en el proceso de elaboración de políticas públicas.
Pero en estos últimos años, días, el descontento popular ante la democracia se ha expresado con bajos porcentajes de aceptación de presidentes y cuerpos legislativos, pero irónicamente todo eso desaparece cuando el ciclo democrático está llegando a su fin y se avecinan nuevas elecciones, la “esperanza de cambio” aviva a las masas y en el ambiente se siente la alegría, nuevamente. Esto solo dura hasta que los cargos son ocupados por los ganadores y empiecen las decepciones nuevamente.
¿Cuáles son algunos motivos para entender esta posible crisis en la democracia?

  1. La “ruptura” del vínculo entre el gobernador y los gobernados. Frecuentemente se asocia con que los partidos políticos que parecen distanciarse de quienes los eligieron y la misma sociedad se cuestiona su rol y modifica las formas tradicionales de relación con los mismos.
  2. Ciertos grupos, allegados al poder ejecutivo y legislativo se esfuerzan en acomodar las leyes para su beneficio económico o político.
  3. En Latinoamérica se ha estado observando un hecho, los partidos no producen a los líderes, sino los líderes a los partidos. A veces incluso se toman líderes de un perfil público adquirido en otros sectores.
  4. En estos tiempos el ciudadano no solo entrega cierto porcentaje de su ganancia al Estado en forma de tributos, sino que está a la merced de infinidad de reglas a observar y acatar; éstas son emitidas desde un sinnúmero de entes burocráticos que al mejor estilo soviético están obsesionados con la planificación central de nuestras vidas.

Se ha llegado a “santificar” a la democracia­ como el mejor sistema que ha encontrado el hombre para evitar que el mismo poder político elija a sus sucesores, asegurando la representación de todos los grupos que conforman una nación, así mismo se dice que la democracia permite que en la mayoría de los casos el traspaso del poder se dé sin violencia. No obstante nos hacen creer que vivimos en tiempos privilegiados, donde la democracia ha venido a reemplazar milenios de tiranía. Pero habría que pensarlo dos veces, ya nos lo advirtieron los Padres Fundadores ¿no estaremos ante un nuevo tipo de tiranía, la de las mayorías?
Entonces el problema entorno a la democracia radica en que ha mutado a lo largo de los años de un sistema funcional a un lema que protege a dirigentes claramente extralimitados en sus funciones. Un claro ejemplo de ésto es el caso de Cuba y/o Venezuela, en donde a una mayoría democráticamente electa no hace más que otorgarse privilegios a costa de las voluntades de las minorías.
También, lo que sí es un hecho es que con la democracia sólo las mayorías pueden sentirse representadas, mientras que las minorías nunca lo estarán, es por eso mismo que un impuesto a los ricos es altamente popular pues son una minoría que difícilmente podrá defenderse en el legislativo. Esto es una constante, a lo largo del tiempo las mayorías irrespetarán a las poco o mal representadas minorías, todo esto con el beneplácito de los votantes.
Siempre ha sido de gran interés para los pensadores políticos el cómo limitar al poder. Mucho se ha dicho y escrito al respecto, lastimosamente en la práctica el Estado mínimo ha devenido en el Estado máximo, existiendo un sinfín de razones por las cuales un Estado democrático jamás llegará a limitar su poder.
“Josué Segura, miembro fundador de México Libertario, estudiante de Derecho en la UNAM, colaborador en publicaciones, crítico político liberal.”
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