DÓLAR Y PETRÓLEO, ALGUNAS REFLEXIONES (Segunda de cinco partes)

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Arturo Damm Arnal

A lo largo de las tres primeras semanas de enero el tipo de cambio pasó de los 17.2487 pesos por dólar a los 18.4280, lo cual dio como resultado una depreciación de 1.1793 pesos, equivalente al 6.8 por ciento, en tal solo tres semanas, lo cual llama la atención, no por la depreciación en sí, sino por la magnitud de la misma.

En materia de tipo de cambio peso – dólar la devaluación o la depreciación (hay devaluación cuando se tiene un tipo de cambio manipulado por el gobierno y depreciación cuando el tipo de cambio flota libremente en el mercado, sin la intervención del gobierno), ha sido la constante en los últimos 40 años. Entre 1958 y 1976 el tipo de cambio se mantuvo fijo en 12.50 viejos pesos por dólar (0.0125 de los actuales). A partir de 1976 se inició un proceso devaluatorio (de 1976 a 1993, con tipo de cambio manipulado por el gobierno) y depreciativo (de 1994 a la fecha, con el tipo de cambio flotando libremente en el mercado), que hasta el momento no tiene para cuando acabar. En los últimos 40 años (de 1976 a 2016) pasamos de un tipo de cambio de 0.0125 pesos por dólar a otro de 18.4280, lo cual significa una devaluación/depreciación de 147 mil 324 por ciento. Sí, la cifra es correcta: ¡147 mil 324 por ciento!

Lo que ha llamado la atención, del segundo semestre del 2014 a la fecha, no es la depreciación, que ha sido la tendencia de largo plazo, sino su magnitud. Entre el  30 de junio del 2014 y el 22 de enero del 2016, en poco más de año y medio, el tipo de cambio pasó de 12.9712 a 18.4280 pesos por dólar, lo cual dio como resultado una depreciación del 42.1 por ciento, algo que muchos consideran malo para México, porque en su visión el precio del dólar debería de bajar, visión equivocada porque, para efectos de la depreciación, México no existe.

Continuará.

E-mail: arturodamm@prodigy.net.mx

Twitter: @ArturoDammArnal