ECONOMISTAS, ¿QUÉ DEBEN HACER?

PESOS Y CONTRAPESOS
A la pregunta qué deben hacer los economistas puede responderse, apegándonos al artículo 25 constitucional, que lo que deben hacer es planear, conducir, coordinar y orientar la actividad económica nacional, para lo cual tendrían que planear, conducir, coordinar y orientar las actividades económicas de los distintos agentes económicos, desde la producción hasta el consumo, lo cual sería injusto, ya que violaría el derecho a la libertad individual para producir, ofrecer y vender, para demandar, comprar y consumir, y también ineficaz, ya que desde la producción hasta el consumo serían menores, en cantidad, calidad y variedad, lo cual aumentaría la escasez, por lo cual disminuiría el bienestar, que depende de la cantidad, la calidad y la variedad de los bienes y servicios disponibles.
James Buchanan, premio Nobel de economía 1986, escribió un libro cuyo título es ¿What should economists do? en cuyo primer capítulo, cuyo título le da nombre al libro, que es una recopilación de escritos de Buchanan, podemos encontrar parte de la respuesta, pero solo eso: una parte, por lo cual la pregunta sigue vigente, ¿qué deben hacer los economistas?, pregunta que podemos convertir en esta otra, ¿qué no deben hacer los economistas? La respuesta es clara: no deben planear, conducir, coordinar y orientar las actividades de los agentes económicos, única manera de planear, conducir, coordinar y orientar la actividad económica nacional.
Leemos, en las primeras líneas del Libro V (De los sistemas de economía política) de La riqueza de las naciones, de Adam Smith, lo siguiente: “La economía política, considerada como una rama de la ciencia del hombre de estado o legislador, se plantea dos objetivos distintos: en primer lugar, conseguir un ingreso o una subsistencia abundante para el pueblo, o más precisamente que el pueblo pueda conseguir ese ingreso o esa subsistencia por sí mismo (ojo: por sí mismo); y en segundo lugar, proporcionar al estado o comunidad un ingreso suficiente para pagar los servicios públicos (ojo: servicios públicos)”.
Para Smith la ciencia económica es parte de la ciencia del legislador, de tal manera que una de las tareas del economista, tal vez la más importante, es aconsejar a los legisladores para que, a la hora de hacer leyes, relacionadas con la economía, no cometan errores, para lo cual los economistas que aconsejan deben partir de la teoría económica correcta, por lo que la tarea es triple: (i) que la teoría económica sea la correcta; (ii) que los legisladores se dejen aconsejar; (iii) que hagan caso y actúen en consecuencia.
En México, analizando el marco jurídico de la economía, comenzando por el capítulo económico de la Constitución, todo ello deja mucho que desear. Por eso estamos como estamos.
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