¿ELIMINAR COMISIONES?

PESOS Y CONTRAPESOS

Tomemos en cuenta lo siguiente.
Uno: producir bienes y ofrecer servicios cuesta, de tal manera que si los consumidores de dichos servicios y/o bienes quieren disponer de los mismos alguien tendrá que cubrir esos costos y no será ni el productor ni el oferente. ¿Quién queda? El consumidor.
Dos: una de las condiciones para lograr un mayor bienestar para las personas, mismo que depende de la cantidad, calidad y variedad de los bienes y servicios de los que dispongan, es que los precios de dichos satisfactores sean los menores posibles, siendo el menor posible aquel que alcanza para que el oferente recupere su costo de producción.
Tres: la manera correcta de lograr que los precios sean los menores posibles, no es la imposición de precios máximos de parte del gobierno, mismos que, si realmente son máximos, fijados por debajo de los precios de equilibrio, generan escasez (a ese precio la cantidad demanda es mayor que la cantidad ofrecida), sino por medio de la mayor competencia posible entre oferentes.
Cuatro: para que haya la mayor competencia posible, condición necesaria para que los precios sean los menores posibles, se requiere, en primer lugar, que el gobierno permita que todo aquel, nacional o extranjero, que quiere ofrecer algún bien o servicio, producido en el país o importado, lo pueda hacer. En segundo lugar se requiere que los oferentes no incurran en prácticas monopólicas, lo cual demanda supervisión por parte del gobierno.




Cinco: que haya dos o más oferentes de algún bien o servicio, y que no incurran en prácticas monopólicas, son condiciones necesarias, más no suficientes, para que realmente haya competencia, misma que al final de cuentas generan los consumidores, comparando precio, calidad y servicio, y actuando en consecuencia, es decir, sustituyendo a un oferente por otro, sustitución que es la genera la competencia.
Lo anterior viene a cuento por el tema de las comisiones bancarías y la intención de Ricardo Monreal, legislador de Morena, de eliminar, si no todas, sí algunas de las comisiones que cobran los bancos por los servicios que ofrecen, comisiones que, definidas como el “porcentaje que percibe un agente sobre el producto de un a venta”, no son otra cosa más que los precios que los bancos cobran por los servicios que ofrecen, precios que, cara al interés de los consumidores, conviene que sean los más bajos posibles, pero no cero, precio al cual la cantidad ofrecida es igual a cero, en perjuicio del consumidor. No olvidemos que no hay bien o servicio más caro que aquel que, necesitándolo, no se consigue.




De acuerdo, que no se eliminen las comisiones bancarias, pero que se regulen para que sean, en beneficio de los consumidores, las menores posibles, es decir, las que alcancen solamente a cubrir el costo de producción de dichos servicios. Esto último, deseable, ¿es posible? La respuesta mañana.
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