EMPRESARIOS

PESOS Y CONTRAPESOS
¿Cuántos, de los cien empresarios convocados por AMLO para ayudarle a vender los boletos de la (no) rifa del Avión Presidencial, firmaron la carta compromiso que se les presentó, comprometiéndose, ¡voluntariamente!, a comprar 20 o 50 o 100 o 200 millones de pesos en boletos, que fueron las cuatro opciones presentadas?
Los que la firmaron, ¿voluntariamente?, asumiendo el compromiso, ¿por qué lo hicieron? Hay varias respuestas posibles. 1) Por convicción, por estar convencidos de que la rifa es lo correcto y de que la 4T es el camino a seguir. 2) Por conveniencia, por la recompensa (cualquiera que pueda ser, por ejemplo, adjudicaciones directas para hacer negocios con el gobierno) que esperan recibir por haber cooperado con AMLO. 3) Por miedo a las represalias (cualesquiera que puedan ser, por ejemplo, auditorías), a las que se harían acreedores por no haber cooperado con AMLO. 4) Por el qué dirán los demás, sobre todo tomando en cuenta que lo recaudado con la rifa se destinará, como se apunta en la carta compromiso, a la adquisición de equipo médico, que tanta falta hace. Los que firmaron la carta compromiso, ¿por qué lo hicieron? ¿Qué los motivó?




Otra posible respuesta es que, al final de cuentas, o por principio de ellas, se trata de la cúpula del poder, que siempre ha sido del poder político (los gobernantes en turno) y del poder económico (los empresarios más poderosos, con derecho de picaporte) y que, como fieles integrantes de la misma, se ayudan unos a otros: a veces le toca al poder económico ayudar al poder político (como en esta ocasión), y a veces le corresponde al poder político auxiliar al poder económico (como seguirá sucediendo en el marco del capitalismo de compadres).
¿Se dará a conocer la lista de los empresarios que sí cooperaron y el monto con el que lo hicieron? Me gustaría conocerla para saber con qué empresarios se puede contar para, de entrada, defender a la economía de las ocurrencias de AMLO, mismas que ya nos costaron el atorón por el que está pasando la actividad económica en el país, y que podría llegar a costarnos una crisis económica, que sería la combinación del atorón con la inestabilidad (por ejemplo: fuerte depreciación del tipo de cambio, repunte en las tasas de interés, etc.). Hoy enfrentamos lo primero pero no lo segundo, pero nada garantiza que no caigamos, también, en lo segundo. Ante esta posibilidad los empresarios deben alzar la voz, no agachar la cabeza, lo cual me lleva a esta pregunta: ¿cuántos de los empresarios convocados por AMLO actuaron, no como ciudadanos, sino como súbditos?




Si los empresarios no están dispuestos a dar la batalla, entonces, ante la inexistencia de una oposición política eficaz, solo queda la sociedad civil.
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