Facebook, Google y Twitter, ¿sentenciados a muerte?

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La semana pasada contamos cómo el gobierno estadounidense cierra el cerco al Bitcoin y otras criptomonedas para aumentar la fiscalización sobre estos activos, sobre todo en materia fiscal. Pues ahora los gigantes tecnológicos Google y Twitter se suman a Facebook, y planean vetar toda la publicidad relacionada con las criptodivisas.
A partir de junio, Google prohibirá la publicidad de divisas electrónicas y el contenido relacionado con las mismas, “incluidas, entre otras, ofertas iniciales de monedas (ICOs), intercambios de criptomonedas, carteras y asesoramiento sobre comercio de criptomonedas”, indicó la compañía en un comunicado.
Scott Spencer, director de Publicidad Sostenible de Google, dijo a CNBC que no saben qué pasará en el futuro con las criptomonedas, “pero hemos visto suficientes daños al consumidor o un potencial daño al consumidor, que es un área que queremos abordar con extrema precaución”.




Por otro lado, Sky News reportó que Twitter también se prepara para vetar toda la publicidad sobre criptodivisas, salvo “una cuantas excepciones”, aunque no especificó cuáles.
En enero, como recordará, Facebook también anunció que cortarían los anuncios de productos y servicios de criptomonedas relacionadas con “prácticas engañosas”.
En nuestra opinión, este gran tropiezo, sumado, por supuesto, al escándalo de Cambridge Analytica sobre el tráfico de información personal de más de 50 millones de personas (¿cuánto más no sabremos?), quedarán marcados en la historia como las ‘estacas en el corazón’ de la más popular de las redes sociales.
No es cualquier cosa que compañías tecnológicas que se supone tendrían que permanecer siempre a la vanguardia, y que en su momento han sido tan disruptivas, se opongan a nuevas tecnologías como la cadena de bloques (blockchain), columna vertebral de las criptomonedas. Estar contra éstas es estar contra el espíritu empresarial puesto en movimiento con la intención de impulsar un sistema monetario descentralizado, que empodere a las personas en vez de a las corruptas autoridades estatales.
Si Facebook, Google, Twitter u otras tecnológicas insisten en su espíritu prohibicionista, terminarán siendo rebasadas por nuevas empresas rivales que sí sepa abrazar los cambios.
En la competencia, los que se oponen a los avances siempre pierden. Veremos si corrigen su grave error.
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