GOBIERNO, ¿QUÉ DEBE HACER? (Primera de dos partes)

PESOS Y CONTRAPESOS
Dediqué los últimos tres Pesos y Contrapesos a: (i) explicar que la reforma fiscal correcta debe comenzar por revisar en qué, cuánto y cómo gasta el gobierno, y que, una vez eliminados los excesos y defectos en estos rubros, puede pasarse al tema de qué impuestos cobrar, a qué tasa, a quiénes; (ii) presentar el potencial recaudador (que es lo que le importa al gobierno) del Impuesto Único (ni uno más), Universal (sin excepción, ni de bienes y servicios, ni de contribuyentes), Homogéneo (la misma tasa en todos los casos), al Consumo (no al ingreso, no a la propiedad); (iii) calcular cuánto nos cuesta un gobierno que hace más de las que son sus legítimas tareas: prohibir violar derechos; prevenir dichas violaciones; castigar al violador; obligarlo a resarcir a la víctima.
Para que la reforma fiscal empiece revisando en qué, cuánto y cómo gasta el gobierno, siendo que gasta en cosas que no debe, razón por la cual gasta de más, y muchas veces de mala manera, debe tenerse la respuesta correcta a la pregunta, no qué puede hacer el gobierno, sino qué debe hacer, siendo esta la pregunta más importante de las filosofías política y del Estado, de las ciencias jurídica y política.
De la pregunta ¿qué debe hacer el gobierno? se desprende ésta otra: ¿puede responderse objetivamente? Puede haber tantas respuestas como personas se hagan la pregunta. ¿Puede responderse objetivamente la pregunta qué debe hacer el gobierno? Porque si no encontramos la respuesta correcta a esa pregunta la reforma fiscal correcta no puede comenzar por donde debe: revisando en qué, cuánto y cómo gasta el gobierno. Solamente sabiendo qué debe hacer el gobierno podemos saber si hace solo lo que debe o si, por el contrario, hace más de lo que debe, razón por la cual gasta en lo que no debe (cualquier cosa que haga el gobierno implica un gasto), gastando más de lo que debe, sin pasar por alto que muchas veces gasta de mala manera (por ejemplo, uno entre muchos: subsidiando la oferta educativa en vez de la demanda).
Un buen comienzo en la búsqueda de la respuesta a la pregunta qué debe hacer el gobierno lo encontramos en esta frase de Federico Bastiat (de quien todo legislador debería leer dos obras, La Ley y El Estado): “La ley es la fuerza, y consiguientemente el campo de acción de la ley no debe extenderse más allá del legítimo campo de acción de la fuerza”. Cambiemos la palabra ley por la palabra gobierno y tenemos esto: “El gobierno es la fuerza, y consiguientemente el campo de acción del gobierno no debe extenderse más allá del legítimo campo de acción de la fuerza”. El gobierno es la fuerza, el poder, para obligar, prohibir y castigar, poder que en manos poco escrupulosas, como por lo general son las de los políticos, degenera en tiranía.
Continuará.
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