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| Josué Segura |
Mucho se ha estado hablando en estos últimos días, meses y años sobre el derecho de manifestación y protesta pacífica así como su “contraparte”, el derecho al libre tránsito. Causando polémica para ser este tema, el nuevo campo de batalla político, jurídico y social.
En este artículo, las cuestiones a resolver serán ¿Debe uno de estos dos derechos, estar por encima del otro? Si es así ¿Cuál de los dos derechos debe prevalecer?
PRIMERAMENTE, entendamos las dos posturas que hay frente a dichas manifestaciones, la que va desde aceptar el derecho a la huelga y el reconocimiento a quienes deciden protestar por un molestar en común, hasta la del rechazo por obstaculizar el tránsito.
Nos encontramos aquí en un caso muy complejo; dentro de los bienes jurídicos tutelados, ¿cuál es más importante? La libertad de asociarnos y reunirnos pacíficamente con cualquier objeto lícito, consagrada en el artículo 9 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, o el transitar libremente, como lo consagra el artículo 11 del ordenamiento legal antes citado.
¡TODO DEPENDERÁ DEL PAPEL QUE JUGUEMOS!
Si un grupo de personas y yo somos los vulnerados, a quienes se nos violentó un derecho o nos vimos afectados en la negligencia de alguna autoridad, tendremos todo el derecho de reunirnos y manifestar nuestra inconformidad, siempre y cuando dicha manifestación sea en los términos del artículo antes citado, (artículo 9 Constitucional) es decir, de manera pacífica, teniendo por objeto protestar en contra de algún acto ante alguna autoridad, siempre y cuando no se hablen injurias, no se haga uso de violencia o amenazas para intimidar a la autoridad u obligarla a resolver en el sentido que deseen los manifestantes.
Y ahora ¿Qué pasa cuando nosotros somos los que transitamos libremente por la calle, avenida o boulevard y nuestro trayecto se ve obstaculizado? En este otro escenario a muchas otras personas se nos impide terminar con nuestras tareas, necesidades y obligaciones, desde llegar a tiempo a nuestros trabajos, citas médicas, entre otras muchas más y de manera inmediata pensamos “¡Que egoístas! No deberían pensar sólo en ellos, todos tenemos derechos, responsabilidades y obligaciones”.
Resultaría sencillo culpar a los manifestantes de entorpecer el tránsito o a los demás ciudadanos de no “solidarizarse” con la causa del manifestante, pero en ambos casos resulta evidente la INCAPACIDAD del Estado para atender la problemática social, sin perder de vista que es él quien está obligado, de origen, a atender y resolver las demandas tanto de unos como de otros.
ENTONCES, ya hemos visto que las manifestaciones han sido un importante instrumento de “presión social” y que cuando se hacen rutina dejan de tener efectos entre los gobernantes pero lo MÁS IMPORTANTE es que, el Estado ha sido uno de los culpables de provocar la violación a la libertad de tránsito así como libertad del ejercicio a manifestarse, ya que la huelga en muchas ocasiones es siempre la última instancia de cierto sector de la sociedad (ya sea organizada en asociaciones, sindicatos o cualquiera que sea su forma de agruparse), que al ver que el Estado NO brinda respuestas y se agota la vía administrativa (o sea cuando el gobierno por sus malas gestiones no provee una de sus tareas esenciales, impartir justicia) decide tomar acciones más severas, como la de manifestarse en las calles, solicitando a la autoridad competente resuelva su problemática, afectando así, al resto de la ciudadanía.
En próximos artículos plantearé cuestiones, tales como ¿El estado es quien debe atender la demanda de los manifestantes? (organizar la circulación para el uso de vías alternas para el tránsito de las personas) ¿Debe crear algún tipo de condición “ideal” en una manifestación? ¿Son necesarias las regulaciones jurídicas para el ejercicio de la libertad de manifestación?
Tengamos en cuenta algo muy claro y que no debemos olvidar, hoy podemos estar detenidos en el tráfico de la ciudad a causa de una manifestación pero mañana podemos ser nosotros los que tengamos la necesidad de manifestarnos.
Continuará…
“Josué Segura, miembro fundador de México Libertario, estudiante de Derecho en la UNAM, colaborador en publicaciones, crítico político liberal.”
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