INVERSIÓN DIRECTA: BIEN, PERO…

PESOS Y CONTRAPESOS

La inversión directa (ID) la realizan los empresarios para producir bienes y servicios, crear empleos y permitirles, a quienes obtienen esos puestos de trabajo, generar ingresos. Todos esto (producción, empleos e ingresos) depende de la ID, una de las variables más importantes en la economía.
Una buena aproximación al comportamiento de la ID la tenemos en el Indicador de la Inversión Fija Bruta (IFB), que mide el comportamiento de la inversión en instalaciones, maquinaria y equipo, es decir, en la infraestructura física para llevar a cabo la producción de satisfactores, razón por la cual la IFB es un buen indicador del comportamiento de la ID en general. El INEGI acaba de dar a conocer los resultados de la IFB para el pasado mes de octubre.




En términos anuales (comparando cada mes con el mismo mes del año anterior) y desestacionalizado (eliminando los efectos calendario y estacionales, lo cual hace posible una mejor comparación) la IFB creció, en octubre del 2018, 1.8 por ciento (3.4 por ciento la inversión en maquinaria y equipo; 0.2 por ciento la inversión en construcción: 2.8 la inversión en construcción residencial y menos 2.2 en construcción no residencial). Este resultado, ¿es bueno o malo? Comparemos.
El octubre de 2016, hace do años, la IFB creció 0.9 por ciento (1.0 por ciento la inversión en maquinaria y equipo; 1.7 por ciento la inversión en construcción: 8.9 la inversión en construcción residencial y menos 3.1 en construcción no residencial). Hace un año, en octubre de 2017, la IFB decreció 3.6 por ciento (menos 4.0 por ciento la inversión en maquinaria y equipo; menos 3.6 por ciento la inversión en construcción: 1.5 la inversión en construcción residencial y menos 7.1 en construcción no residencial). En cualquiera de los rubros en los que se clasifica la IFB los resultados de octubre del 2018 fueron mejores que los del 2017, lo cual, dado todo lo que depende de la ID, de la cual forma parte importante la IFB, apunta en la dirección correcta. ¿El reto? No solo mantener estos resultados sino mejorarlos. La duda: con AMLO en la presidencia, ¿se logrará?




Entre enero y octubre (para comparar no solo un mes sino el periodo de diez meses), de 2016, 2017 y 2018 la IFB registró un crecimiento anual, en promedio mensual, de 1.1 por ciento, menos 1.3 y 1.7 respectivamente, siendo el mejor resultado el del año pasado, lo cual apunta en la dirección correcta, lo cual no quiere decir que no haya signos de preocupación. Me refiero al comportamiento de la inversión en construcción no residencial (fábricas, bodegas, centros comerciales, etc.), que entre enero y octubre de 2017 registró un crecimiento anual, en promedio mensual, de menos 7.6 por ciento, y de menos 1.5 en 2018, menor, pero decrecimiento al final de cuentas, en un tipo de inversión que se lleva a cabo con visión de largo plazo. Este comportamiento, ¿qué revela?
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