LO BUENO

PESOS Y CONTRAPESOS

La economía mexicana está enfrentando una fuerte desaceleración, que afecta a la producción de bienes y servicios, la creación de empleo, la generación de ingreso y, por ello, al bienestar de las familias. En un país con el 43 por ciento de la población sobreviviendo en la pobreza es preocupante.
La desaceleración comenzó en noviembre de 2018, y se inició con una contracción en la inversión fija bruta del 2.0 por ciento, inversión en instalaciones, maquinaria y equipo de la que depende la producción de satisfactores, la creación de empleo y la generación de ingreso, contracción que fue consecuencia de la cancelación, el 29 de octubre del año pasado, de la construcción del Nuevo Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México en Texcoco, que generó desconfianza entre los empresarios, de quienes dependen, en buena medida, dichas inversiones.




Pero no todo ha sido malo en materia económica desde que AMLO llegó al gobierno. Algunas variables han tenido un comportamiento aceptable. Menciono los casos más importantes.
En noviembre de 2018, antes de la toma de posesión, la inflación fue 4.72 por ciento. En septiembre pasado fue 3.00 por ciento, lo cual resultó en una reducción de 1.47 puntos porcentuales, equivalentes al 36.3 por ciento. Resultado: una menor pérdida en el poder adquisitivo de nuestro dinero, lo cual apunta en la dirección correcta.
El 30 de noviembre pasado, antes de la toma de posesión, el tipo de cambio fue 20.35 pesos por dólar. El viernes pasado fue 19.32, lo cual resultó en una apreciación de nuestra moneda frente a la divisa estadounidense de 1.03 pesos, equivalente al 5.1 por ciento. Resultado: un abaratamiento de las importaciones, a favor del bienestar de los consumidores mexicanos, lo cual apunta en la dirección correcta.
El 30 de noviembre pasado, antes de la toma de posesión, el Índice de Precios y Cotizaciones de la Bolsa Mexicana de Valores se ubicó en las 41,697.45 unidades. El viernes pasado cerró la jornada en 43,213.58, lo cual resultó en un alza de 1,516.13 puntos, equivalente a 3.6 por ciento. Resultado: una ganancia discreta en el mercado bursátil, pero ganancia al final de cuentas, lo cual, para pintar las cosas como están pintando en el país, no es poca cosa.




Por último, antes de la toma de posesión de AMLO, la tasa de interés promedio de los Cetes (a 28, 91 y 182 días) fue 8.23 por ciento. En la última subasta primaria, la del martes pasado, el promedio fue menor, 7.59 por ciento. Resultado: menor precio del crédito para el gobierno, lo cual, dada la falta de consolidación de las finanzas públicas, en algo ayuda.
Estos buenos resultados, ¿se mantendrán? Una condición para lograrlo es que la economía recupere, por lo menos, el dinamismo que tenía antes de la llegada de AMLO al gobierno.
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