Para los que no vivieron la URSS, hoy está Venezuela (pero ni así aprenderán)

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Sergio Negrete Cárdenas

Aquellos que hoy se proclaman entusiastas socialistas son frecuentemente de una generación que ni siquiera coincidió con la existencia del Muro de Berlín o la Unión Soviética. La ensoñación de muchos de los llamados milennials no es producto de la añoranza (muy pocos que vivieron en esos regímenes marxistas los añoran) sino producto del idealismo en su sentido más puro: ideas vagas sin anclaje real. No por nada los jóvenes destacan entre los más entusiastas de líderes socialistas como Bernie Sanders o Jeremy Corbyn.
Ya no hay URSS, pero hoy tienen un ejemplo adicional al alcance de su mano: la Venezuela de Chávez y Maduro. No es sólo la ineptitud que tiene a un país con enorme riqueza energética al borde del desplome eléctrico. Es imperativo agregar la incompetencia que buscó acabar con aquellos que “lucraban” con las necesidades del pueblo, y hoy tiene a millones al borde del hambre y en la carencia de productos básicos. Pero a todo ello se agrega el robo de la riqueza venezolana por parte de los líderes supuestamente alérgicos al afán de la abundancia. Su consigna real fue “contra los ricos hasta igualarlos”. Lo lograron mientras empobrecían al resto de sus compatriotas en nombre de la igualdad y la justicia.
No es nuevo. Exactamente lo mismo ocurrió en todos los regímenes llamados socialistas. El fracaso es solamente cuestión de grado, directamente proporcional al entusiasmo por el estatismo y la rabia de los autoritarios de turno contra la libertad individual. La dupla Chávez/Maduro resultó, en ambos rubros, notable. El alegato ahora entre los otrora admiradores del llamado “Socialismo del siglo XXI” es que lo de Venezuela no era realmente socialismo. Sí, siempre dicen lo mismo.
* Profesor de Tiempo Completo en el ITESO, columnista en El Financiero, Doctor en Economía. Twitter: @econokafka.
E-mail: snegcar@iteso.mx