MORENA, LA CNTE Y EL DERECHO DE MANIFESTACIÓN ¿PERVERSIÓN CONTRA SÍ MISMOS?

JosueS
Josué Segura

En el artículo anterior explicaba la ineficiencia del estado para evitar esa última instancia, la huelga, ya que éste en ciertas ocasiones no brinda las respuestas o soluciones adecuadas y genera que cierto sector de la sociedad ejerza este derecho. En fin, ya bien sabemos que no todas las marchas, bloqueos, han sido por esta razón, muchas de ellas son meramente un total arrebato al estado por parte de cierto grupo político, sindicatos o activistas al no haber conseguido algún privilegio o no se le concedió algo a fin; vivo y claro ejemplo en estos últimos días y años, la CNTE.
Hemos sido asfixiados, por plantones, marchas, mayoritariamente por activistas de izquierda, prácticamente vivido secuestrados en la ciudad, siendo afectados en nuestras labores y compromisos, pero ¿Y el estado?, ¿la policía? (autoridad competente en este caso), al parecer no han hecho su trabajo principal, mantener abiertas las vías de comunicación y sobre todo han protegido a este grupo (si se piensa lo contario, hacerlo saber, ya que no he visto ningún uso de fuerza pública excesivo), volviéndose esto cada vez más, una costumbre. Lo más lamentable es que los mismos partidos políticos se han convertido en cómplices de estos manifestantes, compartiré dos casos:

  1. El más reciente es la cadena y círculo vicioso que ha generado MORENA, AMLO argumenta la Reforma Educativa privatiza la educación (lo cual es mentira), la CNTE lo apoya, éstos se movilizan y lo más irritante es que ahora hasta obligan a niños a marchar.
  2. Y uno de los primeros casos fue en la campaña presidencial de 1982, cuando el entonces gobernador de San Luis Potosí,  Carlos Jonguitud Barrios, pidió movilizar a niños de las escuelas del estado.

Entonces estamos siendo testigos de un derecho absoluto, ¿el de la manifestación? Y si no es así, ¿qué límites son permisibles?  Fácil, ya no debe ser aceptable que, para defender intereses de minorías, los grupos políticos tomen como rehenes a los ciudadanos y sobre todo debemos exigir a las autoridades, que cumplan con su obligación de salvaguardar los derechos de la gente, manteniendo abiertas las calles (como ocurre en los países democráticos del mundo) y no sólo se dediquen a proteger a los políticos que convierten las avenidas en un total carnaval. Aunque cabe mencionar que no sólo los han protegido, a veces han tenido que soportar los ataques y agresiones de estos «destacados personajes», que en contraparte, no fueran ellos a los que se les hace uso de la fuerza pública porque entonces estaríamos ante un caso de represión ¡Irónico! ¿No lo cree?
México que fue un país con grandes restricciones a la libertad de manifestación, en su debido momento, ahora está viviendo, ante todo, la perversión de este derecho para usarlo contra sí mismo. México, lugar donde pueden venir de Chiapas y Veracruz a la CDMX 30 camiones con maestros para apoyar a la CNTE y a MORENA (más los otros ya asentados aquí) y nadie decirles nada por obstruir vías. México, país donde cualquiera tiene el «derecho» de tomar las calles, carreteras y lugares públicos, violando derechos de terceros y evitando la realización de una actividad económica legítima.
Sí, en México aún no encontramos el término medio entre la protesta social y los derechos de terceros, ni mucho menos puede decir que garantiza la libertad de tránsito o la de realizar una actividad económica lícita sin que solamente se proteja el derecho de manifestación de políticos y activistas, condenándonos así a un pobre desarrollo económico.
Luchemos por defender la libertad en todos sus aspectos pero al mismo tiempo condenemos la violencia. En ningún caso se debería limitar las libertades al contrario, pero las personas violentas lo único que buscan es aterrorizar a la ciudadanía para someterla. Entendamos pues, los habitantes pacíficos no necesitamos que vengan a inventarnos o imponernos nuevas normas para ejercer nuestra libertad sino aplicar íntegramente, sin concesiones y sin demoras, las que ya existen. Claro está, para quienes en lugar de manifestarse pacíficamente recurren a la violencia, la ley debe aplicarse mediante el uso racional de la fuerza pública o bien ser consignados a las autoridades competentes para ser juzgados de la manera debida.
“Josué Segura, miembro fundador de México Libertario, estudiante de Derecho en la UNAM, colaborador en publicaciones, crítico político liberal.”
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