PESOS Y CONTRAPESOS
La causa de la dimensión delictiva del narcotráfico, que no es la producción, oferta y venta de drogas (dimensión mercantil), sino la extorsión, el secuestro, la tortura y el asesinato, es la prohibición, injusta e ineficaz.
Injusta porque viola la libertad de la persona para producir y consumir drogas, actividades éticamente cuestionables, pero no delictivas por su propia naturaleza, ya que no violan derechos, razón por la cual no deben prohibirse y castigarse. Sin embargo el gobierno, en su indebido papel de ángel de la guarda, pretendiendo preservarnos de todos los males, incluso de los que podemos hacernos a nosotros mismos, lo prohíbe y castiga.
Ineficaz porque no solo no acaba con el problema con el que se pretendía acabar, la drogadicción, sino que genera incentivos para que más gente acabe enganchada en las drogas y, para colmo de los males, ocasiona un problema más grave, la dimensión delictiva, criminal, del narcotráfico.
Son dos problemas distintos, uno la drogadicción y otro la dimensión criminal, delictiva, del narcotráfico. Esta última ha puesto de cabeza al gobierno. ¿Cómo solucionarlo? De la misma manera que se soluciona cualquier problema, eliminando su causa.
¿Cuál es la causa de la dimensión delictiva, criminal, del narcotráfico? La prohibición. ¿Cuál es su solución? Eliminarla: legalizar y reglamentar desde la producción hasta el consumo de drogas. Respetar la libertad de las personas, aun en los casos en los cuales la usen de mala manera, para dañarse a sí mismas. Reconocer que el gobierno debe ser eso, gobierno, no ángel de la guarda con la pretensión de preservarnos de todos los males, comenzando por los que podemos hacernos a nosotros mismos.
¿Cuál es el principal obstáculo para la legalización de las drogas? La oposición de los narcotraficantes a quienes, si se legalizaran, se les acabaría el negociazo multimillonario en dólares que es hoy, gracias a la prohibición, la producción, oferta y venta de drogas, negociazo que no están dispuestos a perder, ni tampoco quienes, dese el gobierno, están coludidos con ellos, no tanto por el plomo, sino por la plata, que alcanza y sobra. La ventaja de los mercados ilegales, para quienes producen, ofrecen y venden, es que las ganancias son mayores que en los legales, lo cual actúa en contra de la legalización, razón por la cual llevarla a cabo resulta, si no imposible, sí difícil. Lo estamos viendo.
Por último una aclaración: estar a favor de la legalización de las drogas no es estar a favor de su consumo. Es estar a favor de la libertad para que cada quien decida qué hacer con su vida, eso sí, asumiendo sus responsabilidades. La drogadicción no debe combatirse con la fuerza de la prohibición, injusta e ineficaz, siendo esta la lección que nos deja la guerra contra las drogas.
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