Nayarit: primera ficha de la “suspensión de pagos” en México

La semana pasada el diario El Financiero, llamó la atención sobre un tema que desde el centro del país se desdeña como “muy lejano”, pero que es de la mayor trascendencia nacional: el gobierno del estado de Nayarit está quebrado.
La debilidad de las finanzas públicas de aquel estado no es nueva, pero sí dice mucho del mal desempeño del gobernador actual, Antonio Echavarría, quien llegó al poder con la típica promesa de “cambio” que tanto atrae a los electores, pero que se ha convertido en un desastre económico-financiero peor que el que se supone, pretendía arreglar.
En septiembre, el propio gobierno de esa entidad informó que se estaría dialogando con la secretaría de Hacienda para negociar la deuda que tiene con el IMSS, SAT e ISSSTE, que asciende a más de 8 mil millones de pesos, que son impagables.
Por si fuera poco, súmele que la administración estatal tiene problemas hasta para pagar su propia nómina, lo que ha llevado a su secretario General a advertir que se encuentran en “una ruta de colisión social y económica”. No hay duda de ello.
Nayarit es el ejemplo típico del quebrado que, en vez de dejar de cavar (gastar) para no hundirse más, sigue cavando, derrochando y endeudándose sin parar.
No sorprende entonces que Nayarit haya suspendido sus pagos de deuda con algunas de las instituciones bancarias más grandes del país, que amenazan con embargarle sus cuentas. Están en “default” (impago).
Pero quizá lo más preocupante es que de acuerdo al “semáforo” del Sistema de Alertas de la Secretaría de Hacienda, al que obliga la Ley de Disciplina Financiera, Nayarit no es el único estado en “amarillo”. Con esa mismo nivel de alerta se encontraban al segundo trimestre (los datos más actualizados) de este año: Coahuila, Chihuahua, Nuevo León y Quintana Roo.
¿Cuántos estados más podrían caer en alerta de deuda tras la crisis COVID? ¿Cuántos de ellos deberían estar en semáforo rojo? Pronto lo sabremos, pero conviene que no olvidemos la advertencia que la propia secretaría de Hacienda hace en su portal: “La validez, veracidad y exactitud de la misma (información), es responsabilidad de cada una de las Entidades Federativas.” ¿Estarán diciendo toda la verdad?
Lo que está pasando en Nayarit, no obstante, es una muestra en pequeño de lo que a gran escala podría pasar en México con el gobierno de López Obrador.
A pesar de que AMLO asegura no estar endeudando al país – cosa que por cierto también es mentira-, la debacle económica de 2020 hará que la deuda se dispare este año casi 10 puntos como porcentaje del PIB, al pasar de 45.5 a 54.8 por ciento según las estimaciones de la propia Hacienda.
A esto súmele que en vez de recortar el gasto público, el presidente sigue aumentando el gasto “social” (el gasto comprador de votos) y ahuyentando la inversión. Pésima combinación.
Ya AMLO acabó con los fideicomisos públicos, y está buscando dinero “hasta debajo de las piedras”, pero tarde o temprano el dinero de los “guardaditos” también se acaba. Es ahí donde empezarán las peores decisiones y los verdaderos grandes problemas.
Hoy está Nayarit en default, pero el mal manejo económico de la crisis a nivel nacional y local – que está destruyendo la economía-, podría llevar a nuevos problemas en el corto plazo en otros gobiernos locales y en el Federal. Para allá vamos si el rumbo no se corrige.