NUEVA BAJA EN LA TASA DE INTERÉS

PESOS Y CONTRAPESOS

Ayer la Junta de Gobierno del Banco de México, JGBM, responsable de la política monetaria del país, cuyo objetivo, según leemos en la Ley del Banco de México, es “procurar la estabilidad del poder adquisitivo de la moneda nacional”, lo que supone una meta de inflación del 3 por ciento, más menos un punto porcentual de margen de error, decidieron reducir la Tasa de Interés Interbancaria, TII, de 7.75 a 7.50 por ciento. ¿Por qué?
Dado que en octubre pasado la inflación fue 3.02 por ciento, prácticamente en la meta de inflación, la mayoría de los miembros de la JGBM estuvo a favor de “disminuir en 25 puntos base (25 centésimas de punto porcentual) el objetivo para la Tasa de Interés Interbancaria a un día a un nivel de 7.50 por ciento”, TII que es la herramienta de política monetaria que se usa para lograr la meta de inflación: si la inflación aumenta la TII aumenta, si la inflación baja la TII baja, y como la inflación ha bajado la TII también lo ha hecho.
El comportamiento reciente de la inflación lo podemos dividir en dos etapas.




La primera abarca de diciembre de 2015 a diciembre de 2017, periodo durante el cual la inflación aumentó de 2.13 a 6.77 por ciento, un repunte de 5.64 puntos porcentuales, equivalentes al 217.84 por ciento. Durante ese periodo la TII pasó de 3.25 a 8.25 por ciento, un aumento de 5.00 puntos porcentuales, que equivalen al 153.85 por ciento.
La segunda etapa abarca de diciembre de 2017 a octubre de 2019, a lo largo de la cual la inflación disminuyó de 6.77 a 3.02 por ciento, una reducción de 3.75 puntos porcentuales, que equivalen al 55.39 por ciento. Durante este periodo la TII pasó del 8.25 al 7.50 por ciento, una baja de 0.75 puntos porcentuales, equivalentes al 9.09 por ciento.
No faltan quienes se preguntan, uno, de qué manera puede incentivar esta baja en la tasa de interés, al abaratarse el crédito, el crecimiento de la economía, vía una mayor demanda de crédito de los empresarios para invertir directamente más y producir más y, dos, de qué manera puede, al pagarse un rendimiento menor, desincentivar las inversiones financieras en el país, en concreto la entrada de dólares, con el efecto alcista que ello podría tener sobre el tipo de cambio.




Al margen de las respuestas a estas preguntas, lo que hay que tener claro es que la tarea del Banco de México no es, ni invectivar el crecimiento de la economía, ni evitar la depreciación del tipo de cambio peso – dólar, sino “procurar la estabilidad del poder adquisitivo de la moneda nacional”, por lo que el nivel de la TII lo debe decidir la JGBM únicamente en función del comportamiento de la inflación, tal y como hasta ahora lo han hecho, quedando por responder la pregunta de si el manejo de la TII es la herramienta adecuada para combatir la inflación.
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