Oro y plata alcanzan precios récord

El oro y la plata han tenido un año extraordinario, y en pesos mexicanos al menos, ambos se encuentran en precios máximos históricos.
El oro a escala internacional cerró la semana pasada en 1,899.95 dólares, lo que lo pone a sólo un paso de rebasar su máximo histórico de 1,923 dólares la oz. alcanzado en septiembre de 2011.
La plata, en cambio, terminó el viernes en 22.99 dólares por onza, lo que la ubica todavía 54 por ciento por debajo del récord de 50 dólares, vigente…¡desde 1980! (en 2011 casi se rompe ese nivel, pero no se consiguió).
En el mercado físico, el centenario cerró la semana cotizando entre 56 y 61 mil pesos a la venta, mientras que las onzas de plata Libertad se ofrecieron al público entre 610 y 660 pesos mexicanos.
Si bien por lo general no es aconsejable comprar ningún activo cuando está en máximos históricos, en realidad, el oro y la plata sólo están en dichos niveles en pesos, no en dólares.
La referencia global de los precios de metales preciosos es en dólares, por lo que es en esa divisa en la que nos tenemos que fijar para “cantar” una posible burbuja cuando esta se presente.
Todos los mercados alcistas terminan en euforia, como la que ya aludimos de 2011. Esto quiere decir que estamos todavía muy lejos de hablar de una burbuja en oro y plata.




El “momentum” en metales preciosos luce tan fuerte, que no es descartable acercarnos a los 2 mil dólares en oro, y en caso de euforia, la plata podría con facilidad duplicar su precio desde los niveles actuales. De ocurrir, no se sorprenda ver las onzas de plata Libertad intercambiándose por más de mil pesos.
Y es que algo muy grande está pasando a nivel global con la inyección masiva de liquidez de los bancos centrales, con una emisión de deuda sin precedentes a escala global, y con los “estímulos” fiscales que los gobiernos que pueden hacerlo están otorgando por todo el planeta.
En menos de un año pasamos de la casi nula probabilidad de una recesión global, a la peor debacle económica desde la Gran Depresión del siglo XX. ¿El responsable? El pésimo manejo económico de la pandemia global por el nuevo coronavirus SARS-Cov2 que provoca la enfermedad Covid-19.
Pero si esa es la circunstancia en el mundo, en México, la situación es todavía peor. Nuestro estado es crítico.
Podemos decir que de la misma manera que el gobierno de México está desestimando la gravedad de la pandemia en el país, también hace como que “no pasa nada” en materia económica.
Se impuso innecesariamente un desastroso confinamiento y un cierre casi total de la actividad económica demasiado temprano, y hoy, cuatro meses después con una economía destruida, se comienza a abrir en el centro del país. No queda de otra.
Basta con salir a darse una vuelta por cualquier ciudad para ver que por todas partes la economía está devastada. Miles de negocios y empresas han tenido que cerrar sus puertas y millones de mexicanos han perdido sus fuentes de empleo. La pobreza y la miseria se están disparando ante nuestros ojos.
Lo peor, sin embargo, está todavía por llegar. La inversión en México se sigue desplomando. Los empresarios e inversionistas que en público respaldan al presidente López Obrador, no sostienen su palabra con sus acciones. No están invirtiendo y no es para menos.
Las finanzas públicas se seguirán deteriorando porque el gasto público continúa expandiéndose, con ingresos que se desploman por el “shock” económico.
El INEGI dio a conocer también el viernes el Indicador Global de la Actividad Económica de mayo, que en cifras desestacionalizadas tuvo un brutal desplome de -21.6 por ciento anual, que hasta hace poco sólo se veía en países como Venezuela.
Es por eso que todo aquel a quien le importe su salud física y financiera, debe protegerse tanto del coronavirus como de la debacle financiera que ya comenzó.
Sea que tenga “poco” dinero ahorrado debajo del colchón, o cuente con un gran capital, es indispensable tomar acciones de defensa financiera para proteger su patrimonio.
El “dinero inteligente” lo sabe, y es lo que con su alta demanda, seguirá impulsando al alza los precios del oro y la plata ante los temores de un nuevo confinamiento por rebrote masivo de Covid-19.
Una “corrección” (baja) próxima es inevitable, pero no será grande ni duradera, al menos, no en pesos. Es lamentable pero quedarse invertidos en nuestra moneda y en México, en estos momentos es un gran error.