RELOJ LEGISLATIVO, ARTIMAÑA

PESOS Y CONTRAPESOS

La ventaja de las reglas, justas o injustas (si son injustas hay que modificarlas), eficaces o ineficaces (si son ineficaces hay que cambiarlas), es que brindan seguridad. Quienes están sujetos a ellas saben a qué atenerse.
No tiene sentido crear reglas si no se tiene, ni la voluntad de cumplirlas, ni la intención de castigar a quienes las violen. Mucho menos si se inventan artimañas para justificar su inobservancia. En tales casos las reglas no cumplen con su principal cometido: generar seguridad y lo que de ella se deriva, que no es poca cosa, confianza. Si de normas jurídicas se trata el caso es más grave.
Leemos, en el artículo 74 constitucional, que entre las facultades exclusivas de la Cámara de Diputados está la de “aprobar el Presupuesto de Egresos de la Federación a más tardar el día 15 del mes de noviembre”, lo cual ya no sucedió, por lo que los diputados no cumplieron con una de las obligación que les impone la Constitución, aprobar el Presupuesto de Egresos de la Federación: cuánto gastará, en qué gastará, y para qué gastará, el Gobierno Federal el año entrante.




Ante este incumplimiento, ¿qué pasó? Que los diputados recurrieron a la artimaña del reloj legislativo, propio, no del Estado de Derecho, sino del Estado de chueco, treta por la cual Laura Rojas, presidenta de la Cámara de Diputados, afirmó que el Proyecto de Presupuesto de Egresos de la Federación para 2020 se discutirá y aprobará hasta el 20 de noviembre, debido a que la sesión del 6 de noviembre se encuentra abierta, ya que en su momento se declaró un receso. En consecuencia, la discusión y aprobación del Proyecto de Presupuesto de Egresos de la Federación para 2020 se realizará mañana, 20 de noviembre, día en el cual seguirá abierta la sesión del 6 de noviembre. ¿Así o más surrealista?




Al margen de la artimaña surrealista, propia del Estado de chueco, que genera inseguridad y desconfianza, hay que tener en cuenta que el Proyecto de Presupuesto de Egresos de la Federación se aprueba con mayoría simple, sin necesidad de mayoría cualificada (dos terceras partes), mayoría simple que Morena tiene en la Cámara de Diputados, por lo que, de entrada, no debió haber habido mayor problema para examinar, discutir, modificar y aprobarlo, y para hacerlo, en términos generales, sin cambios sustanciales, tal y como lo presentó el Poder Ejecutivo, es decir, AMLO. Sin embargo sí hubo problema, muestra de que no todo alcanza para todos, menos en las cantidades que cada uno quisiera, escasez de recursos que genera costos de oportunidad y, en este caso, tensiones políticas: lo que se le da a A no se le da a B, y si a B se le da más a A se le da menos.
Al final de cuentas, como decía Ricardo Medina, que algo sabía del tema, la política es política fiscal.
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