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| Ricardo Homs |
La palabra “represión” se ha convertido en la palabra incómoda para cualquier gobierno. Es un abstracto que se utiliza indiscriminadamente y con ello se pretende frenar la aplicación de la justicia. Es un exorcismo que utilizan los violentos para protegerse de la aplicación de la ley.
Es cierto que los excesos policiales no deben ser tolerados. Cuando hay excesos deben ser castigados.
Sin embargo, en contraste la sociedad calla cuando la policía es agredida, olvidando que son gente como nosotros, que trabaja por un magro salario arriesgando su vida y que tienen familias como las nuestras, que dependen de ese raquítico sueldo.
La memoria de la sociedad mexicana es corta. ¿Desde hace cuantos años la CNTE tiene asolado al Estado de Oaxaca?. El conflicto no es nuevo. Desde Junio del 2006 se radicalizó la CNTE con el apoyo de la APPO y tomó control político de Oaxaca, gobernada por el priista Ulises Ruíz.
Desde entonces no ha dejado de provocar conflictos. Sin embargo, como tuvo éxito y el gobierno del presidente Calderón negoció, hoy el conflicto se extendió a Chiapas, Michoacán, Guerrero y Veracruz.
Si el gobierno vuelve a negociar con estos chantajistas, generando un nuevo ciclo que será la edición 2018, el conflicto será nacional y para el año 2036 seguiremos viviendo lo mismo que hoy… un país dividido y confrontado.
La CNTE no es un interlocutor confiable. En el portal denominado Sin embargo se menciona un acuerdo firmado entre SEGOB y la CNTE el 02 de mayo del 2013, con siete puntos de acuerdo que protegían a la Reforma Educativa. Sin embargo, la CNTE olvidó su acuerdo.
No es descabellado pensar que este acuerdo significó beneficios personales para los líderes de la CNTE. Sin embargo, su ambición les hizo desconocer su compromiso.
Es más, los dirigentes de la CNTE buscan generar conflictos como un modo de justificarse ante las bases magisteriales. No buscan el beneficio colectivo, sino crear problemas con los cuales chantajear al gobierno. La provocación es su estrategia, para que cuando venga la reacción gubernamental, asumirse como víctimas. Este es un juego macabro que nunca va a terminar mientras la ley no se aplique con mano firme.
Hoy es la reforma educativa el centro de la confrontación, pero después podrá ser el cambio climático, los problemas en Siria, el precio de las tortillas o simplemente las ganas de joder.
Los líderes de la CNTE entraron a la Secretaría de Gobernación a negociar el fin del conflicto en Oaxaca, pero al salir, estando envalentonados por haber logrado la reunión, se descararon y empezaron a declarar que van por la derogación de la Reforma Educativa.
Tenemos una generación de provocadores profesionales cuyo objetivo es buscar el modo de chantajear al gobierno en turno, del color que sea. Lo que buscan es sentarse a negociar con el gobierno para “hacerle manita de puerco” y poder sacar en “lo oscurito” beneficios personales para sus líderes.
Es muy diferente esta generación de provocadores profesionales de aquellos que en los años sesenta y setentas estaban movidos por la ideología. Hoy no hay ideología, sino pragmatismo puro en busca de beneficios personales más que el beneficio colectivo.
La CNTE representa lo más oscuro del sindicalismo mexicano, del sindicalismo gandalla que somete a sus agremiados por la fuerza y la violencia, como lo hicieron reprimiendo a los maestros que raparon e hicieron caminar descalzos por la ciudad por no apoyar “el paro”. ¿Eso no es represión?.
Tan no es una organización confiable la CNTE, que aún después de haberse cumplido su demanda de diálogo con SEGOB, siguen lastimando a la población con bloqueos de autopistas en Oaxaca.
El problema grave será que si la SEGOB cede ante la CNTE, en cascada surgirán grupos violentos que tomarán el mismo camino de la provocación constante y sistemática, la victimización y la manipulación de la opinión pública.
La gente desinformada es proclive a caer en la manipulación emocional que surge a partir de la utilización del conjuro demoniaco: “represión”.
A final de cuentas los mexicanos acostumbramos dejar solo a su suerte al gobierno cuando pretende imponer el orden. Sin embargo, si no lo hace y permite los excesos de grupos violentos, también lo criticamos.
Nosotros mismos por nuestra sensiblería ponemos al gobierno en posición débil e indefensa para aplicar la ley y propiciamos el camino fácil de la “negociación en lo oscurito”, que no es sino corrupción.
El líder social que negocia “en lo oscurito” adquiere poder. Conforme pasa el tiempo se vuelve intocable. Después pone en subasta su capital político al mejor postor y legitima la corrupción de su aliado.
Este es el círculo vicioso que impide que México viva el “estado de derecho” real y una democracia sin adjetivos. De ahí se deriva que la justicia sea una falacia, pues estamos sometidos a los poderosos.
La CNTE puede convertirse en la “caja de Pandora” que aglutine a todos los rijosos de este país y sumirlo en el desorden y el caos.
E-mail: ricardo.homs@usa.net
