Rusia y China se preparan para la “guerra de oscuridad”

Cuando Estados Unidos anunció que salía del Tratado armamentístico INF (Intermediate-Range Nuclear Forces) y Rusia hizo lo propio el pasado 2 de febrero, se temía que comenzara una nueva carrera nuclear que amenazara al mundo, aunque las armas nucleares podrían ser un mal menor comparado con otros ataques que podrían perpetrar los enemigos geopolíticos de Washington.
Recordemos que Tratado INF fue firmado en 1986 por el presidente estadounidense, Ronald Reagan y el secretario general de la entonces Unión Soviética, Michail Gorbachev. Este acuerdo ayudó a la destrucción de armamento nuclear de mediano alcance y fue uno de los cimientos del fin de la Guerra Fría entre ambas potencias.
Dado el poder destructivo de una bomba nuclear, una forma más sofisticada de hacer la guerra sin aumentar pérdidas humanas es atacar las infraestructuras eléctricas y electrónicas de los países. Esto se logra mediante explosiones de pulso electromagnético (EPM, por sus siglas en inglés).
“El ataque nuclear EMP es parte de las doctrinas, planes y ejercicios militares de Rusia, China, Corea del Norte e Irán para una nueva forma de guerra revolucionaria contra las fuerzas militares y las infraestructuras críticas civiles”, señala un informe desclasificado de la Comisión para Evaluar la Amenaza a los Estados Unidos de un ataque EMP.




Un pulso electromagnético es una emisión de energía de alta intensidad que puede interferir en los sistemas electrónicos y eléctricos. Es decir, una explosión de este tipo puede dejar inservibles todo tipo de aparatos electrónicos y hasta la red eléctrica en varios kilómetros a la redonda, dejando a las ciudades en medio de apagones.
De acuerdo con el informe, reportado primero por el periodista Bill Gertz, los ataques de EMP se llevarían a cabo en altitudes tan elevadas que no producirían explosiones u otros efectos inmediatos perjudiciales para los humanos.
Los ataques de EMP se pueden ajustar en el tamaño del área y la intensidad de la ola detonando a diferentes altitudes. Cuanto más cerca de la tierra está, más poderoso es el pulso. Y cuanto mayor sea la altitud, mayor será el área de impacto.




Según el reporte, las bombas Súper-EMP producen rayos gamma que generan un pico de campo de EMP de 200,000 voltios por metro, suficiente para freír los sistemas de inteligencia y comunicaciones estratégicas. Según la comisión, se dice que China, Rusia y probablemente Corea del Norte tienen estas armas. Los Estados Unidos parece que no tienen armas súper EMP en su arsenal nuclear.
“Los Estados Unidos son particularmente vulnerables a este nuevo tipo de guerra, porque hemos llegado a confiar en los sistemas de información y las tecnologías computarizadas”, dijo Peter Pry, ex funcionario de la CIA, miembro de la comisión y autor del nuevo informe.
Un ataque de este tipo puede parecernos ahora como algo de ciencia ficción, pero lo cierto es que las civilizaciones se están haciendo más dependientes de la tecnología y la energía eléctrica, que son objetivos idóneos en las nuevas guerras que se libren y que pueden dejar en la oscuridad a ciudades enteras.
Esto claro, no quiere decir que estemos ya al borde de una gran guerra pero sí de una nueva carrera armamentista del siglo XXI, con sus propias características. Desde el punto de vista como inversores, hay que seguir de cerca las acciones de empresas desarrolladoras y fabricantes de armamento. En nuestro canal de Telegram les recomendaremos próximamente instrumentos para obtener exposión a estos activos. Manténgase atento o contáctenos por email o WhatsApp.
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