SABOTAJE A OAXACA Y CHIAPAS

margarito
 Ricardo Homs

Se incendia Oaxaca con la complicidad de muchas organizaciones sectoriales que están capitalizando el estrangulamiento de los oaxaqueños para sacar beneficios políticos y económicos.  La mayoría de los participantes en esta insurrección incluso están ajenos al tema educativo. Los muertos de Nochistlán no eran maestros. ¿Qué hacían ahí?.
La forma en que la CNTE está estrangulando a la sociedad oaxaqueña y la economía de ese  Estado,  ha puesto en evidencia la nula calidad moral de sus dirigentes, que actúan como grupo terrorista.
El camino de la negociación no es el camino para tratar con agitadores sociales que agreden los derechos básicos de la gente más vulnerable de este país.
Junto con ellos, debemos condenar también a quienes les apoyan.
Andrés Manuel está construyendo los cimientos de su campaña presidencial sobre el sufrimiento de las familias oaxaqueñas, de modo oportunista.
Apoyando a la CNTE, Andrés Manuel López Obrador muestra que no tiene calidad moral para gobernar este país, pues ¿cómo va a proteger el estado de derecho cuando él lo está saboteando aliándose con este grupo de corsarios y terroristas?. ¿Cómo hará cumplir la ley si él mismo la desafía?. ¿Cómo va a encabezar a las instituciones del país si él las detesta y no cree en ellas.?.
Gobernar significa ponerse al frente y con el ejemplo personal legitimar el derecho a exigir al resto de la ciudadanía respetar la ley. En eso consiste la autoridad moral necesaria para gobernar.
Definitivamente, la reforma educativa es lo de menos para todos los oportunistas que se están sumando y se sumarán a esta insurrección de la CNTE.
Pareciera ser que nadie es capaz de verse en el espejo de Venezuela si no cuidamos el estado de derecho, que pobre y maltrecho como es el nuestro, ciertamente es mejor que el caos en que algunos quisieran ver a nuestro país para tomar ventajas políticas.
El desabasto en Oaxaca es similar al de Venezuela, de eso no cabe duda. Sin embargo en México aún podemos rescatar el orden.
Por ello mientras defendamos el orden siempre habrá forma de exigir responsabilidades a los malos gobernantes, porque habrá instituciones que lo hagan.
Cuando sobreviene el caos como está sucediendo en Oaxaca, los que toman el control nunca son mejores que los gobernantes que desplazan. Más bien sobreviene la ley de la jungla, que es la ley del más fuerte, la que impone quien vendrá en busca del botín que considera que se ganó. A ese orangután no habrá proceso electoral que lo saque del poder. Sólo saldrá por la fuerza y la violencia ejercida en su contra por otros que quieren su lugar y no para rescatar el orden, sino para beneficiarse del desorden.
¿Qué tan lejos está Oaxaca de los otros estados?.
Está tan cerca como lo estuvo Chihuahua cuando una manifestación pacífica en contra del gobernador Duarte fue infiltrada por gente violenta y se perdió el control.
Hoy las distancias geográficas son tan cortas que en un día o en horas se puede incendiar el país entero si se dan las circunstancias favorables para que esto suceda.
Es muy preocupante que la insatisfacción ciudadana en contra de nuestros políticos sea capitalizada por gente violenta y sin ética y todavía se les aplauda simplemente para dar un voto de castigo a quienes nos gobiernan.
La violencia en contra de oaxaqueños y chiapanecos podría ser nuestra realidad futura si no reaccionamos a tiempo y en lugar de aplaudirla, o por lo menos mostrarnos indiferentes, no la condenamos enérgicamente y exigimos al gobierno federal que aplique la ley sin remilgos.
Que el estómago y la bilis no cieguen a nuestra mente. Podríamos lamentarlo después.
Siempre se podrá estar peor que como hoy estamos.
E-mail: ricardo.homs@usa.net