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| Josué Segura |
El crimen organizado, el narcotráfico y la violencia doméstica son algunas de las causas que han colocado a México como uno de los países con más muertes violentas. Pero la represión policial y las políticas severas de las instituciones de seguridad y justicia han tenido efectos contraproducentes, aumentando cada vez más las cifras.
Las preguntas claras a resolver serán ¿Es la seguridad de la sociedad, tarea esencial del estado? ¿Es éste, el principal problema para el desarrollo económico?
Según Adam Smith, el principal problema económico es la seguridad de los ciudadanos y no el libre intercambio, pero ¿De qué depende nuestra seguridad? Antes que nada, de una imparcial administración de justicia, justicia que se ha quedado impune, ya que según el Índice de Impunidad de México (IGI-MEX), México ocupa el segundo lugar de 59 países con mayor índice de impunidad, agregando que menos del 1% de los delitos en México son castigados.
Y siendo el estado mexicano único responsable de los altos niveles de impunidad e inseguridad por la que está pasando el país, se ha frenado el crecimiento económico, debido a que en 2015, el impacto económico de la violencia fue de 2.12 billones de pesos, equivalente al 13% del PIB (Índice de Paz México (IPM), elaborado por el Instituto para la Economía y la Paz).
Entonces el estado ha fallado en protección, se ha convertido en uno de los cómplices al no crear ese estado de derecho y, al ir caminando en dirección errónea, se le está dificultando hacer de México un país seguro y confiable, impidiendo así mismo que haya gobiernos eficaces que cumplan con su tarea fundamental: Hacer valer los derechos de los ciudadanos, con leyes justas, que garanticen derechos, no que defiendan intereses ni satisfagan necesidades. Y hasta que no se haya logrado lo anterior previsto, el progreso económico que se necesita alcanzar estará por debajo de lo estimado.
El sentimiento de miedo y desconfianza es creado por la inseguridad, siendo estos sentimientos unos de los mayores lastres para nuestro país, obteniendo así en un futuro inmediato, una sociedad atemorizada, de jóvenes y niños, mujeres y ancianos, que tendrán como característica principal, el miedo y no obstante ésto, sino que es, fue y será sinónimo de menos inversión en México, menor crecimiento en actividad económica en todas las zonas del país.
Claramente dichos factores nos han conllevado a ideas políticas que, a veces, han contrapuesto seguridad y libertad; sin embargo, es necesario buscar el equilibrio entre ambas, trabajando en conjunto en el ámbito nacional, desarrollando y adaptando los sistemas de justicia y seguridad.
No estaría mal pensar, imaginar y preguntarse ¿Qué sería si el gobierno hiciera valer el estado de derecho? ¿Qué sería si se aplicaran los principios de legalidad y justicia previstos en los artículos 14, 16 y 17 de nuestra Constitución?
“Josué Segura, miembro fundador de México Libertario, estudiante de Derecho en la UNAM, colaborador en publicaciones, crítico político liberal.”
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