SOBRE LA RENUNCIA

PESOS Y CONTRAPESOS
Con relación a la renuncia de Urzúa a la Secretaria de Hacienda me referiré a lo preocupante, a lo acertado y a las preguntas.
Lo preocupante, en primer lugar, son las razones por las cuales Urzúa renunció, expresadas claramente en su carta. 1) Porque “se han tomado decisiones de política pública sin el suficiente sustento”. 2) Porque “resultó inaceptable la imposición de funcionarios que no tienen conocimiento de la Hacienda Pública”. 3) Porque lo anterior “fue motivado por personajes influyentes del actual gobierno con un patente conflicto de intereses”.
Lo acertado fue la pronta designación del sucesor de Urzúa, lo que calmó a los mercados, con lo cual se logró que la Bolsa de Valores perdiera solamente 1.8 por ciento y el peso se depreciara únicamente 1.3 por ciento frente al dólar, movimientos que podemos considerar dentro de lo normal y que no marcarán el inicio de una tendencia negativa, de caídas constantes en el mercado bursátil, y de deprecaciones persistentes del tipo de cambio peso – dólar.
Primera pregunta. AMLO, ¿atenderá las causas de la renuncia de Urzúa? ¿Se comenzarán a tomar decisiones de política pública, bien sustentadas, tanto técnica como financieramente, como debe ser? ¿Se prescindirá de los funcionarios que no tengan los conocimientos necesarios para desempeñarse con eficacia en los puestos para los que fueron designados, como debe ser? ¿Se hará lo que se tenga que hacer para eliminar el patente conflicto de intereses, como debe ser? AMLO, ¿está consciente de la oportunidad que tiene, si atiende las causas de la renuncia de Urzúa, para mandar el mensaje correcto, sobre todo a los empresarios, de cuyas inversiones directas dependen la producción de bienes y servicios, la creación de empleos y la generación de ingresos?
Segunda pregunta. ¿Cuál será el desempeño del nuevo secretario de Hacienda? En lo que a la política fiscal corresponde, ¿hará lo que se tenga que hacer para que la misma, suponiendo que llegue a ser el caso, no se decida sin sustento? ¿Sustituirá, en el ámbito de sus competencias, a los funcionarios que no tengan los conocimientos necesarios para desempeñar eficazmente su trabajo? ¿Pondrá fin a los patentes conflictos de intereses? Y la más importante, AMLO, que no es muy versado en materias de economía, ¿le hará caso, en tales asuntos, al nuevo secretario, quien tiene la obligación de señalar lo que es correcto y lo que no lo es? Y lo más importante, ¿logrará Herrera, ante las presiones de gasto que se avecinan, mantener la disciplina fiscal, que en este contexto significa mantener el superávit primario, para tener con qué servir la deuda, sin tener que contraer nueva para pagar vieja, primera señal de la gestación de una crisis en las finanzas públicas?
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