SON LAS EMPRESAS

PESOS Y CONTRAPESOS
Mucho es lo que se debe hacer, no para mejorar el desempeño de la economía, objetivo que tendrá que esperar, sino para evitar un mayor deterioro, objetivo que no debe posponerse por más tiempo.
Mucho se puede hacer para, en la medida de lo posible, que estará lejos de lo deseable, evitar un mayor deterioro de la economía, con el impacto que ello tiene sobre el bienestar de la gente. Véase, por ejemplo, la propuesta de diez puntos del Consejo Coordinador Empresarial, titulada Medidas urgentes para preservar el empleo, desde “asegurar la liquidez en el mercado financiero”, hasta “activar programas especiales de garantías para fortalecer algunos de los sectores más afectados”, propuestas que, dada la gravedad del caso, hay que atender seriamente.
Mucho hay que hacer para evitar un mayor deterioro de la economía pero, si entre todo lo que hoy que hacer tuviera que elegir una sola medida, esta sería, ¡sin duda!, ayudar a las empresas, lo que no implica rescatar empresarios sino apoyar trabajadores, intentando preservar puestos de trabajo y fuentes de ingresos, la mejor manera de ayudar a las personas.




Parte importante de esta ayuda debe venir del gobierno. ¿Cómo? Para responder tengamos en cuenta que el gobierno quita (cobrando impuestos) o da (otorgando subsidios), y que lo ideal sería que el gobierno dejara de quitarle a las empresas (exentándolas del pago de impuestos) y comenzara a darles (otorgándoles subsidios), siempre y cuando estas cumplan ciertas condiciones (por ejemplo: mantener lo más posible la planta laboral para lo cual, dicho sea de paso, los trabajadores también deben poner de su parte, por ejemplo: aceptando menores jornadas laborales con menor salario).
Si el gobierno, temporal y condicionadamente, dejara de quitarle a las empresas y comenzara a darles, recaudaría menos y subsidiaría más, lo cual afectaría sus finanzas, afectación que debería corregirse responsablemente: o reasignando gastos innecesarios (Dos Bocas, Tren Maya, Santa Lucía), o recortando gastos injustificados (todos los clientelares). El resultado sería, o un mejor gasto del gobierno (mejor apoyar a empresas en problemas que construir elefantes blancos), o un menor gasto gubernamental (mejor eliminar gastos clientelares que mantenerlos).




De lo mucho que debe hacerse para atender el problema inmediato, que no es el de reactivar la economía, sino el de evitar que la situación económica se deteriore más, lo más importante es ayudar a las empresas, es decir, ayudar a que los trabajadores mantengan sus puestos de trabajo y sus fuentes de ingresos, la mejor manera de ayudarlos. El gobierno, ¿lo entiende? Y si lo entiende, ¿está dispuesto a actuar en consecuencia? Y si lo está, ¿lo hará en la medid adecuada? Por lo pronto, nada más preguntas.
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