TRUMP, CRUZ Y RUBIO… LA PARADOJA LATINA

margarito
Ricardo Homs

En el contexto de la baja del precio del petróleo y el incremento del valor del valor del dólar, las aportaciones que hacen a la economía mexicana esos héroes anónimos que son nuestros migrantes, que continuamente envían remesas a sus familias, el virtual triunfo de Donald Tump del Supermartes pasado, es una noticia aterradora, pues significa aún más problemas para nuestros migrantes, deportaciones masivas y una cacería de brujas que adicional al drama humano que esto significa, presagia un duro golpe a la economía mexicana en caso de que llegue en julio próximo a la nominación republicana como candidato.
Es un hecho que la agenda de la campaña electoral la está imponiendo Donald Trump con su Reality Show político. Sin embargo, lo logrado hasta hoy por Trump está alertando a los otros dos precandidatos, Ted Cruz y Marco Rubio que en el discurso antiinmigrante está un gran capital electoral y esto les impulsará a endurecer su postura y convertir a la campaña republicana en una competencia por ver quién es más agresivo contra los migrantes.
Si alguien piensa que Ted Cruz, por llevar un apellido latino sentiría simpatía por los migrantes latinoamericanos, está en un error pues militando en un partido elitista como es el Republicano, su reto debe haber sido y seguirá siendo deslindarse de sus raíces latinas. Es canadiense de nacimiento, de religión bautista, -o sea protestante-, y de ancestros cubanos por lado paterno, pero demostró en un debate con Marco Rubio en Univisión que ni siquiera habla español.
A su vez, Marco Rubio, nacido en Miami de padres cubanos lo habla perfectamente, es católico, pero apoyado por el ultra radical sector republicano denominado Tea Party.
Ninguno de los dos saldrá en campaña en defensa de los migrantes ni siquiera acercándose a ellos para pedir su voto.
Lo grave de lo anterior no es que Trump traiga un discurso antiinmigrante, sino que tenga el respaldo de la mayoría republicana que lo puso a la cabeza de las encuestas, lo que significa que Trump representa su sentir.
De entrada, lo que resta de campaña por la nominación republicana, será un infierno para nuestros paisanos, que serán estigmatizados.
De quedar como triunfador Trump, que es lo más probable, la campaña presidencial con Hillary Clinton estará polarizada, por un discurso antimexicano de éste y un planteamiento simplemente mesurado de ella.
Poco se habla de cómo sería Trump como presidente si el voto le favoreciera.
Si bien el discurso antimexicano es capitalizable en la campaña, con toda seguridad su foco de atención será el mundo islámico, contra el cual ya externó su animadversión, y con ello podría provocar una guerra mundial suigéneris, donde el aspecto geográfico se vuelve irrelevante.
Una guerra de estas características no sería como las que conocemos y vemos en el cine, entre soldados muy disciplinados, sino a través del terrorismo con ataques suicidas por parte del Islam, en los que al costo de un muerto se pueden lograr cincuenta o cien víctimas del país donde se desarrolle este ataque. No habría lugar del mundo ni rincón de cualquier ciudad donde podamos librarnos de ser víctimas, pues un cine, un restaurant o un estadio de futbol, -en las condiciones más inesperadas- pueden ser el escenario de un ataque terrorista.
Sin embargo esto no elimina la posibilidad de enfrentamientos militares contra el bloque soviético.
Si este loco llega a presidente, “Dios nos agarre confesados”.
E-mail: ricardo.homs@usa.net