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| Josué Segura |
Es cierto que la mayoría de los abogados y ciudadanos buscamos que el gobierno nos certifique a través de los gobernadores que vivamos en un Estado de Derecho, pero muchas veces no sabemos lo qué significa, confundiendo términos, tergiversándolos y llevando así a una confusión. Es por eso que me es menester explicar de manera concisa…
¿Qué implica el Estado de derecho?
De manera general, involucra a un gobierno que proteja la vida de los ciudadanos, no sólo en el derecho positivo (leyes escritas), sino en los verdaderos derechos fundamentales de TODOS: vida, propiedad y libertad, y que de verse afectados, castigar a quienes los violen, garantizar justicia.
México y el Estado de Derecho.
¿Cómo vamos en este tema?, ¿en verdad nuestro gobierno garantiza lo antes mencionado? No, nuestro sistema tambalea, tenemos una constitución política en donde papi gobierno interviene a palabra, capa y espada en actividades económicas, que obviamente nos lleva a un retraso económico progresivo (esto puede agradecérselo a la gran ignorancia económica de quienes “elaboran y redactan” las leyes) ¡Sí señor lector! El Derecho y la Economía también van intrínsecamente de la mano.
¿La Constitución es equitativa y justa? No, de hecho es contradictoria e incoherente, (y sí, también me refiero al anteproyecto de la “Constitución” de la CDMX), porque por un lado protege de manera escueta estos derechos fundamentales, pero por otro los limita y daña mediante un exceso de impuestos y reglamentaciones. Emanando de ella derechos absurdos, como “derecho” al trabajo, vivienda, alimentación y educación, pero, ¡atención! Aquí está el error ya que puede interpretarse como que el gobierno tiene la obligación de darlos, cuando ya hemos dicho que NO es así, el estado sólo debe generar un buen ambiente donde se puedan conseguir cada uno de las anteriores.
¿Cuál es el problema en México? Ni todas las leyes son justas, ni todas las instituciones son transparentes, ni todas las autoridades son honestas, lo cual quiere decir que el Estado de Derecho deja que desear.
La autoridad y el Estado de derecho.
Entendamos que el gobierno es el único que tiene la concesión de ejercer violencia para restablecer la paz y aplicar la justicia. Cuando éste permite que alguna persona o grupo, con el fin de reparar sus derechos vulnerados, ejerza violencia sobre sus presuntos agresores, no hay Estado de derecho ¡Y ojo! No estoy diciendo que esté en contra de la libre posesión de armas y la defensa con ellas nuestra vida y propiedad, sólo que cuando pasa el ejemplo anterior el Estado está fallando.
Para que un Estado de Derecho funcione exitosamente, debe reunir estos sencillos principios fundamentales:
- Todos los “funcionarios”, burócratas del gobierno deben ser responsables e iguales ante la ley. La Constitución debe limitarlos, eliminando el fuero y la ciudadanía debe evaluarlos constantemente.
- Un acceso al sistema legal administrado por fiscales, jueces y magistrados competentes, independientes del poder económico y político, suficientes en número y que cuenten con los recursos necesarios para servir a la ciudadanía.
- Las leyes deben ser objetivas, jamás han de obedecer a intereses particulares, es decir, no debe haber ley que salvaguarde exclusivamente a un grupo de interés determinado.
- Leyes claras, conocidas por todos, equitativas y justas, que implica la protección de los derechos fundamentales ya antes mencionados.
- Las leyes deben ser estables en el tiempo, o sea dejar de ser necios y testarudos en querer estar cambiando y reformando a capricho la Constitución o pretendiendo crear derechos inexistentes.
- Necesitamos una ley que garantice la entrada libre de empresas a los mercados, que no otorgue privilegio económico alguno al gobierno o a determinada empresa particular, una ley que garantiza que el régimen de inversión privada y elimine monstruos burocráticos.
Entonces, urge un Estado de Derecho efectivo, que ayude a eliminar la impunidad y corrupción, que reduzca la pobreza y mejore el libre acceso a sectores como la salud y la educación, pero sobre todo que proteja a los ciudadanos desde las pequeñas hasta las grandes injusticias.
Recuerde querido lector ¡Los derechos se respetan y reconocen, no los da y obsequia un gobierno! ¡Evitemos creer y hacer crecer más el populismo y la demagogia!
¡Es mucha la desgracia y poca la ayuda!
“Josué Segura, miembro fundador de México Libertario, estudiante de Derecho en la UNAM, colaborador en publicaciones, crítico político liberal.”
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