VOLVIENDO A LA NORMALIDAD (I)

PESOS Y CONTRAPESOS
ARTURO DAMM ARNAL
Entre el 13 de julio y el 27 de agosto escribí diez Pesos y Contrapesos denominados Por algo se empieza. En ellos analicé el comportamiento de las variables económicas que tocaron fondo, desde la actividad industrial, el turismo y el comercio exterior (el 13 de julio), hasta la producción de bienes y servicios (el 27 de agosto), y empezaron a decrecer menos de lo que habían decrecido en abril y mayo, durante las jornadas de sana distancia y el cierre parcial de la economía, o que recuperaron el crecimiento, en algunos casos a tasas muy elevadas, consecuencia de la reapertura de la economía y del efecto rebote que la misma provocó: después de un par de meses de cierre parcial de la economía, durante los cuales los resultados fueron pésimos, no resultó difícil, iniciada la reapertura de actividades económicas, obtener muy buenos resultados que poco a poco, conforme se agota el efecto rebote, vuelven a la normalidad, sin olvidar que lo normal en materia económica en México ha sido, por lo menos desde 1982, mediocre, sobre todo en el comportamiento de una de las variables más importantes: la producción de bienes y servicios, variable con la que se mide el crecimiento de la economía, y de la cual dependen la creación de empleos (para producir alguien debe trabajar) y la generación de ingresos (a quien trabaja se le paga), empleos e ingresos de los cuales depende el bienestar de las familias.
Ahora, después de haber obtenido resultados muy buenos entre junio y agosto, las cosas están volviendo a la normalidad, por ejemplo, a las tasas de crecimiento acostumbradas, tal y como es el caso de la actividad industrial (minería; generación de electricidad, gas y agua; construcción; manufactura), sobre todo si hacemos la comparación mensual, comparando cada mes con el mes anterior, que es la mejor manera de tomarle el pulso a la economía.
Fue en abril, primer mes del cierre parcial de la economía, cuando la actividad industrial registró, en términos mensuales, la mayor contracción, 26.3 por ciento. En mayo, todavía con el cierre vigente, la caída resultó menor, de solamente 0.7 por ciento. En junio, con la reapertura en marcha, la actividad industrial creció 18.1 por ciento, en julio 7.1, y en agosto, último mes para el que tenemos información, 3.3. ¿Qué tuvimos? Tres meses de crecimiento, pero cada vez menor, acercándose a la normalidad, que en el caso de la actividad industrial, y de muchas otras actividades económicas, es mediocridad. El crecimiento promedio mensual de la actividad industrial en 2016 fue 0.04 por ciento. En 2017 0.05. En 2018 menos 0.24.
Para darnos una idea de la magnitud de la caída tengamos en cuenta que el nivel de la actividad industrial en agosto pasado fue similar al de enero de 2010.
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