El oro, inversión más estable que las principales bolsas del mundo

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Pese a que se tiene la impresión de que 2018 fue malo para el oro como inversión, la verdad es que este activo resultó ser más estable que los principales índices accionarios del mundo, que tuvieron caídas importantes a finales de año.
De acuerdo con el Yearbook 2019 de CPM Group, los precios del oro lograron mantenerse mejor que el S&P 500, que cayó 6.2% el año pasado; el índice Dow Jones, -5.6%; y el Nasdaq Composite, que se contrajo 3.9%, mientras que el oro bajó un 2.1% en 2018.
“En 2018, la volatilidad anual del precio del oro fue la segunda más baja en más de dos décadas, desde 1996”, agregó la firma en su reporte anual.
A principios de 2018, los precios del oro estaban en 1,316 dólares la onza, habiendo aumentado considerablemente desde mediados de diciembre de 2017, cuando bajaron a 1,241.70 el 12 de diciembre.




La firma espera que la volatilidad en los precios del oro no aumente este año, pero sí en los próximos. El tercer nivel más bajo de volatilidad anual marcado fue de 12.6% en 1997. Los niveles mensuales de volatilidad en 2018 se hicieron más amplios, y se ubicaron en 7.7% en julio de 2018 y 13.5% en febrero de 2018. Esto se compara con 8.5% en octubre de 2017 y 12.2% en enero 2017. Los niveles de volatilidad mensual no han sido tan bajos desde 1997, más de dos décadas.
Por otro parte, este extenso (y estupendo) reporte indica que el volumen de operaciones en el mercado del oro fue un récord de 16.0 mil millones de onzas en 2018, un 6.3% más que las 15.1 mil millones de onzas en 2017. El gran incremento se registró en los futuros y opciones negociados en el mercado de Comex, o sea, oro “de papel”, mientras China, Rusia y otros países no alineados a EU y el dólar se aprovechan acumulando lingotes a precio de ganga.
Con todo y todo, el oro negociado en las principales bolsas de futuros y opciones conformó la mayor parte del metal negociado, con alrededor de 66.7% o 10.7 mil millones de onzas del volumen del año pasado, otro récord. Este fue superior a los 9.8 mil millones de onzas negociadas en 2017, que fue el récord anterior. El oro comerciado a través del sistema bancario de Londres según lo reportado por la Asociación del Mercado de Lingotes de esa ciudad (la London Bullion Market Association, LBMA, en inglés) fue de 5.22 mil millones de onzas el año pasado, aumentando de 5.16 mil millones de onzas en 2017. El oro liberado a través de los bancos LBMA representó el 32.6% del volumen de operaciones en 2018.




En 2018, la bolsa de Comex continuó siendo el principal mercado de intercambio global de futuros y opciones. El Comex representó el 84.4% de la actividad total de futuros de todas las bolsas, de acuerdo con el reporte. El segundo mayor mercado de futuros de oro es el Shanghai Futures Exchange (SHFE), que representó el 5.4% de todo el volumen de futuros. La tercera plaza de intercambio más grande fue el Istanbul Gold Exchange, que representó el 5.1% de todo el volumen de operaciones de futuros.
Estos tres mercados representaron el 94.9% de todo el volumen de operaciones de futuros. La Bolsa de Productos Básicos de Tokio (Tocom) y la Bolsa de Productos Múltiples de la India (MCX) representan un 2.8% y un 1.7%, respectivamente, de la actividad de futuros, según las estadísticas de CPM.
Con este artículo cerramos un ciclo importante de artículos sobre uno de los anuarios estadísticos más importantes del mundo de los metales preciosos.
La conclusión más importante es que, el volumen de oro negociado en el mercado “de papel” es tan grande, que genera una sensación de sobreoferta de oro que no se corresponde con la realidad material, y que presiona los precios a la baja. Potencias nacientes y acreedoras están aprovechando esa situación para llenar sus arcas de tantos lingotes como pueden. Esa actitud es la correcta, pues tarde o temprano el mega ciclo inflacionario del dólar estallará, y su devaluación frente al dinero real, el oro, será tal, que alcanzará precios de burbuja que hoy en día nos parecerían inimaginables. Sigamos acumulando.
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