EU debe dejar de manipular las tasas de interés

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Stanley Druckenmiller, uno de los inversionistas, filántropos y liberales más prominentes de Estados Unidos, recibió el premio Alexander Hamilton 2018 en mayo pasado, por sus esfuerzos para revitalizar ciudades estadounidenses. Pese a que este evento ocurrió hace dos meses, creemos que aún es importante rescatar algunos pensamientos que compartió en su discurso de aceptación.
El inversionista que manejó dinero para George Soros fue directo sobre la situación de Estados Unidos: su condición como tierra de libertades y del capitalismo está en peligro, y sus pilares fundacionales se han ido erosionando con los años después de la Gran Recesión que estalló en 2008.
“La compra de bonos por parte de los banqueros centrales, comúnmente conocida como QE, se ha vuelto tan arraigada en el pensamiento actual que ahora está en el juego de herramientas convencional de la Fed, una herramienta antes reservada para una depresión o crisis financiera que ahora se utilizará al primer indicio de la próxima recesión”, alertó Druckenmiller en su discurso.




Esta política de tasas de interés por debajo de la inflación, que Druckenmiller señala como un control de precios gubernamental, ha dejado terribles secuelas en la economía: el gobierno y las empresas se han hecho adictas a la deuda. Las obligaciones financieras de EU, que se duplicaron en la última década, alcanzarán los niveles de la Segunda Guerra Mundial en los próximos años.
“La deuda corporativa se ha disparado, pero la mayor parte se ha utilizado para ingeniería financiera. Las quiebras han sido mínimas en la economía más disruptiva desde la Revolución Industrial. Quién sabe cuántos zombies corporativos habrá caminando gracias al dinero barato.”
Este pensamiento de Druckenmiller coincide con lo que hemos estado alertando desde hace semanas: se está gestando una nueva gran crisis global de deuda que cuando estalle, será más grande que la de 2008.
La única forma en que esta burbuja no se siga inflando es que la Fed deje el negocio de manipular tasas y que el mercado establezca cuál es el mejor nivel del costo del dinero… algo que no creemos que vaya a pasar, lamentablemente.
“De todas las intervenciones de la mano (no tan) invisible, no permitir que el mercado establezca la tasa crítica para la inversión es la que tiene los costos más altos. La competencia es una herramienta mejor que el control de precios para proteger a los consumidores”, fue una de las conclusiones de Druckenmiller, y que ojalá entiendan aquí en México el próximo gobierno Federal que inicia en diciembre.
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